Recorrido de 5 días por los alrededores de Nueva York

Descubre las cataratas del Niágara, las Mil Islas, el lago Ontario, Filadelfia, Toronto, Washington DC y las granjas Amish


Aunque Nueva York es una ciudad que siempre tiene algo que ofrecer y te sorprenderá en cada visita, lo cierto es que no son pocos los viajeros que, tras unos días en la Gran Manzana, necesitan algo de aire puro y paisajes distintos.

Sin embargo, están de suerte, pues Nueva York se halla estratégicamente enclavada en la parte norte de la costa este estadounidense, y cerca de ella podrás encontrar un buen número de interesantes lugares, de distinta índole, que visitar.

Para ello, te proponemos un completo circuito de 5 días que te permitirá conocer lo mejor de los alrededores de Nueva York:

Si te encuentras en Nueva York y quieres realizar un fantástico recorrido de 5 días por los mejores lugares alrededor de la ciudad, puedes hacerlo con la agencia City Travel NYC, expertos en conseguir que sus clientes vivan una experiencia inigualable:

Índice de contenidos

Día 1: Nueva York – Cataratas del Niágara

Salir de la Gran Manzana con rumbo a las Cataratas del Niágara es algo, en cierta medida, liberador. Sobre todo si te gusta más la naturaleza que las grandes urbes.

La carretera te llevará a pasar cerca del lago Delaware, para adentrarte, más tarde, en el Parque Estatal Watkins Glen.  Este fue abierto al público en 1863, y fue un resort turístico privado hasta 1906, año en el que fue comprado por el estado de Nueva York.

Niagra
Niágara © Pixabay

La naturaleza es potente en este parque, siendo la piedra angular del mismo una garganta de 120 metros de profundidad y 3,15 kilómetros cuadrados de superficie. Cascadas, bosques y rocas milenarias te acompañarán en la ruta por ella.

De los tres senderos que exploran este parque, uno conecta con el Finger Lakes Trail, una red de 1.300 km de senderos que horadan el estado de Nueva York.

Al atardecer, y tras pasar junto al lago Seneca, se vislumbrará el maravilloso espectáculo natural que es las Cataratas del Niágara.

Día 2: Cataratas del Niágara – Toronto – 1.000 Islas

Levantarte al espectáculo natural de las Cataratas del Niágara es algo que recordarás siempre.

Las del Niágara es un conjunto de tres cataratas que se reparten entre territorio canadiense y americano. Aunque no son de gran altura, sí que son muy anchas y el volumen de agua que se despeña por ellas cada segundo es realmente abrumador.

La catarata llamada Horseshoe (Herradura) se encuentra justo en la frontera entre los dos países norteamericanos, mientras que las otras dos (American Falls y Bridal Veil Falls) se encuentran en territorio estadounidense.

Las aguas de Niágara provienen del río del mismo nombre, que, a su vez, drena el líquido vital de los lagos Erie y Ontario. Hoy en día, se intenta conseguir un difícil equilibrio entre turismo, mantenimiento del medio ambiente y la generación de energía hidroeléctrica.

Tras embelesarte ante la poderosa caída del agua, puedes visitar el pueblo de Niagara Falls, que parece creado para el turismo.

Toronto © Pixabay

El viaje continúa rumbo a Toronto, la ciudad más vibrante de Canadá y que ejerce como capital económica del país. Aquí podrás visitar lugares como el HTO Park, el casco histórico de Distillery District y el Hockey Hall of Fame (ya sabes que el hockey sobre hielo es el deporte nacional en Canadá), ubicado en Brookfield Place.

Tras recorrer Toronto, hay que poner rumbo al este, para pasar por el lago Ontario y hacer noche en el área de las Mil Islas.

Día 3: Mil Islas (Thousand Islands o Mille-Îles) – Nueva York

El tercer día comienza con un paseo en barco por las más de 1.800 islas que componen el archipiélago llamado Mil Islas. Para ello habrá que remontar las aguas del río Saint Lawrence, que alimentan el lago Ontario.

Thousand Islands © Pixabay

Wolfe Island es la más grande de todas, siendo Grindstone, Wellesley y Howe otras de gran tamaño. En Carleton Island encontrarás el fuerte Haldimand, construido en 1779 por los británicos, en el marco de la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.

Bosques, castillos, raras especies de aves… Hay más de mil historias en las Mil Islas. Tras pasar el día entre ellas, es momento de poner rumbo a Nueva York, para descansar y reponer energías antes de afrontar la segunda parte del viaje.

Día 4: Nueva Jersey – Filadelfia – Washington DC

El cuarto día debes poner rumbo al sur. Al penetrar en el estado de Pensilvania, la primera parada del día tiene lugar en la histórica ciudad de Filadelfia.

Independence Hall, Créditos fotografía © Pixabay

Fundada en 1682, Filadelfia – cuyo nombre proviene del griego y significa “ciudad del amor fraternal” – es una de las ciudades más antiguas del país, y lleva con honor el hecho de ser uno de los centros históricos, culturales y artísticos más importantes de Estados Unidos.

Benjamin Franklin es una de las personalidades más importantes nacida en Filadelfia (aunque también Rocky Balboa parece ser de aquí). También fue un foco importante para la historia afroamericana y, cómo no, destaca por ser el lugar donde se firmó la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. No dejes de visitar la Liberty Bell (que repicó el 8 de julio de 1776 para llamar a los ciudadanos de Filadelfia que quisieran presenciar la lectura de la Declaración de Independencia), el Independence Hall, el Museo de Arte de Filadelfia y la prisión de Eastern State. Además, date una vuelta por el mercadillo de Reading Market. No hay mejor lugar para tomarle el pulso a la gente local.

Siguiendo viaje, llegarás al condado de Lancaster. Allí encontrarás una de las comunidades Amish más importantes de Estados Unidos. Te sentirás como en aquella película de los 80, ‘Único Testigo’, en la que Harrison Ford pasa un tiempo con una familia Amish, alejado de la tecnología y los electrodomésticos. La mejor manera de internarte en sus tierras es a bordo de uno de sus carruajes.

Y tras este viaje al pasado, llega el momento de regresar al presente, poniendo rumbo a Washington DC.

Día 5: Washington DC – Nueva York

El Capitolio (Foto © Arancha Escribano)

Washington DC es una ciudad tan rica en su oferta cultural y monumental que bien merece una visita de día completo.

La Casa Blanca preside la gran avenida Pennsylvania, que conecta a la residencia ocupada ahora por Donald Trump con el Capitolio.

Conectada con el Capitolio por un pasillo subterráneo, hallarás la Biblioteca del Congreso, una de las joyas de Washington DC. Se trata de la biblioteca más grande del mundo y merece la pena tomar uno de los tours que te explican la historia del lugar.

Los Monumentos a Lincoln, Jefferson y Washington, el National Mall y el Monumento a los Veteranos, con lugares que recuerdan a los valientes caídos en las guerras de Vietnam, Corea y la Segunda Guerra Mundial. Sin mencionar el famoso cementerio de Arlington, con sus inacabables hileras de lápidas blancas.

Otro de los principales atractivos de Washington son sus museos, destacando entre ellos el Museo Nacional del Aire y el Espacio (en el que encontrarás aviones y naves espaciales), la Galería Nacional de Arte y el Museo Nacional de Historia Natural.

Por último, y antes de regresar a Nueva York, abandona el centro de Washington y visita el barrio de Georgetown, que con sus casas bajas de fachadas coloridas, y los bares, tiendas y restaurantes tiene el honor de ser el distrito más animado de la ciudad.

Y ya, cansado y feliz, es el momento de regresar a Nueva York, donde, tras tantas visitas y actividades, puede que hasta te parezca que es una ciudad tranquila, después de todo.

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