Myanmar es uno de esos países cuyo momento de madurez, turísticamente hablando, se va acercando a pasos agigantados. Los últimos acontecimientos políticos del país – con la victoria del NLD de Aung San Su Kyi en noviembre del 2015 y el comienzo de su apertura al mundo exterior – han hecho que cada vez sea mayor el número de turistas que llegan al país. En 2011, tan solo eran unos 350.000 y en 2016 esta cifra casi se había multiplicado por diez.
Por ello es mejor visitar Myanmar cuanto antes. El reloj ha comenzado a marcar sus tiempos y el peligro de que se convierta en otro Tailandia es latente, aunque imagino que para eso aún queda bastante tiempo.
La principal ruta turística en Myanmar incluye lugares realmente distintos entre sí, lo cual hace que puedas disfrutar de varios viajes en uno.
De entre ellos, uno de los más visitados y que más encadila a los turistas es el lago Inle, ubicado en la parte sur del estado Shan.
Situación actual preocupante del lago Inle
El lago Inle es prácticamente sagrado. No en vano, en él podrás encontrar una de las tres pagodas más importantes de Myanmar, Phaung Daw U, construida en el siglo XVIII y que contiene 5 imágenes de budas del siglo XII.
Los Intha – hijos del lago – pueblan tanto sus aguas como sus orillas. Hoy en día, su población ha aumentado a unos 400.000. Este hecho, junto a la deforestación progresiva de su entorno, ha llevado a los conservacionistas a preocuparse en extremo por el futuro del lago.
Los científicos estiman que el lago Inle podría secarse hasta desaparecer en menos de cien años. El gobierno, apoyado por inversión extranjera, está desarrollando planes para evitar que esto suceda. Esperemos que tengan éxito, ya no por perder uno de los activos turísticos más importantes de Myanmar, sino por asegurar la sostenibilidad de una fuente de vida tan importante para cientos de miles de personas que han amado el lago, generación tras generación.
Qué ver en el lago Inle
El lago Inle cuenta con una gran número de atractivos turísticos y debes pasar al menos tres días en él para hacerte una buena idea de todo.
Al ser un lago, la única forma de moverte por él es en barca. Existen muchas compañías que poseen largas barcazas – similares a una vaina – adaptadas para el turismo. Ponen unos butacones de madera equipados con agua, chubasquero y un paraguas – que te puede servir tanto para protegerte del solo como de la lluvia, ya que el tiempo cambia decenas de veces durante el mismo día – y listo. Son barcas potentes, que suelen alcanzar una velocidad más que decente y que exigen una destreza importante para ser conducidas sin percances por un lago que tiene una profundida media de tan solo 2-4 metros, dependiendo de si lo visitas en la estación seca o en la lluviosa.
Los barqueros que conducen estas barcas con mejores que Fernando Alonso con un buen coche de Fórmula 1.
Entre las mejores cosas que ver en el lago Inle, destacaría las siguientes:
1.Inthein
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Para llegar al complejo de pagodas de Inthein, debes salir de la parte principal del lago y recorrer una ramificación del mismo. La primera vez que exploré ese camino me sentí como en Apocalypse Now.
El canal se va estrechando y parece que va a ser anegado por una vegetación frondosa que crece en ambas orillas. Es cierto que con el paso de los años, cada vez han aparecido más turistas y algunos restaurantes que le quitan parte de esa magia, pero lo cierto es que sigue siendo uno de los mejores recorridos que ver en el lago Inle.
Aunque para mí el premio gordo es el camino en sí, cuando llegas a la zona de pagodas de Inthein, también acabarás con la boca abierta.
Si dejas el lago Inle para el final de tu circuito turístico por Myanmar (lo cual es bastante común), cuando llegues a él estarás ya saturado de ver pagodas. Es normal, pero lo cierto es que las de Inthein te sorprenderán.
Nada menos que 1.053 estupas, construidas su mayoría entre los siglos XVII y XVIII, ocupan la ladera de la pequeña colina que asciende hasta Shwe Inn Thein Paya, la pagoda que la corona. Algunas de ellas están comidas por la selva y la erosión las ha medio destruido. Otras aparecen reconstruidas. A mí, personalmente, me gustan más las primeras.
Disfruta de pasear entre ellas, sin prisas. Si tu compañero/a ya ha tenido bastante de estupas, siempre puedes dejar que se entretenga en los puestos de artesanía, tejidos y souvenirs que flanquean las escaleras que ascienden a la pagoda. Es como un centro comercial. Enorme.
2. Sangha
La más bella excursión que hacer en el lago Inle. Lo puedo corroborar tras cuatro visitas.
Son pocos los turistas que llegan hasta esa parte, pues exige un día entero y no todo el mundo se queda tanto tiempo en el lago Inle.
Desde la parte central del lago, debes realizar un viaje en barca hacia el sur que lleva unas dos horas o dos horas y media. Una vez te metes en la parte de los canales del sur, el paisaje cambia, haciéndose más bello y con pequeñas aldeas cuyos habitantes están mucho menos acostumbrados al turismo que los de otras partes del lago. Si les sonríes, te devolverán tu sonrisa multiplicada por diez. Así son los birmanos.
El viaje hasta Sangha es, en sí, lo más bonito de la excursión.
Además, debes visitar la pagoda Thakong, alguna de las aldeas del lugar (mejor si es día de colegio) y alguno de los talleres de cerámica.
3. Talleres en el lago Inle
Hablando de talleres, encontrarás deceneas de ellos que ver en el lago Inle. Pero cuidado, si contratas a un barquero por tu cuenta, es probable que te lleve a demasiados. Habla con él y déjale claro cuáles te interesan y cuáles no. A veces se llevan comisión por las compras.
Los talleres más visitados son: tejidos de flor de loto (imprescindible), astillero de barcazas (muy curioso), cheroot (una especie de puros de sabores), artesanos de la plata (con piezas espectaculares), cerámica, sombrillas (uno de los objetos más bonitos que puedes regalar a tu vuelta a casa).
Quizá dedique un artículo en mayor profundidad a estos talleres, pues hay bastante qué decir de cada uno de ellos.
4. Pagoda Phaung Daw U
Construida en el siglo XVIII por un jefe Shan, es una de las más sagradas del país, no tanto por su antigüedad o arquitectura, sino por los budas que contiene en su interior.
Las figuras de los cinco budas de Phaung Daw U fueron talladas en madera de sándalo en el siglo XII. Si las ves hoy en día, su silueta se ha deformado hasta la saciedad y solo puedes afirmar que son Budas porque te mueve una intensa fe para aceptar las palabras de tu guía.
La culpa de todo la tiene el pan de oro que los fieles y creyentes usan en Myanmar como ofrenda a sus budas. Compran los papelillos y los pegan en toda escultura de Buda que tienen a mano. El resultado, en estas que son tan pequeñas, es una deformación irreparable. Son más parecidos a unos bombones Ferrero Rocher que a unos Budas.
5. Festival del lago Inle
La historia reciente de las cinco figuras de los budas de la pagoda Phaung Daw U es muy buena. Son el atractivo central del festival del lago Inle, que se suele celebrar en el mes de octubre. En una procesión de barcas que recorre el lago en 18 días, cuatro de los cinco budas son custodiados en una barcaza dorada que es seguida por decenas de otras embarcaciones. En los años 60 ocurrió un accidente y los cinco budas cayeron a las aguas del lago.
Cuatro de ellos pudieron ser recuperados, pero un quinto no fue encontrado. Sin embargo, por arte de magia, la figura del quinto buda apareció junto a sus hermanos a la mañana siguiente. Desde entonces, esa figura no se saca en la procesión. Ya tuvo bastante.
Si puedes hacer coincidir tu visita con el festival, no te arrepentirás. El acto más llamativo es la carrera de las grandes barcas con entre 70 y 100 remeros cada una.
6. Aldeas y huertos flotantes
A mi juicio, el mayor atractivo que ver en el lago Inle no son sus pagodas, sino el día a día de sus gentes.
Las casas de los Intha están construidas sobre pilotes que se elevan sobre el lago. El fondo cenagoso del mismo les sirve de trémulo cimiento. No me imagino lo que debe ser vivir en esa constante humedad – tampoco el clima ayuda – toda la vida, pero lo cierto es que ellos están acostumbrados, pues lo han mamado desde la cuna.
Si alquilas una barcaza, dile al barquero que se deje de tantas tiendas y a partir de las 4 de la tarde (cuando los estudiantes ya han regresado del colegio y los hombres y mujeres de sus faenas diarias) recorra, con el motor al ralentí, los canales a los que se asoman las casas de las aldeas. En cierto modo, es como invadir la intimidad de sus casas y barrios, pero una sonrisa en la cara y no sobrepasarse con las fotografías te sirven de salvoconducto.
Tras ver algunos de estos barrios y cómo viven sus gentes, puedes visitar también los huertos flotantes.
En el lago Inle la gente es autosuficiente. Plantan tomates, berenjenas, calabazas, chilis y muchas otras verduras en un sistema de huertos fijados al fondo del lago mediante palos de bambú. Como fertilizantes naturales utilizan algas y plantas que crecen en el mismo lago. Es un buen método ecológico, pero la sobreexplotación agrícola del lago es también una amenaza para el futuro de sus aguas.
En cualquier caso, patrullar con tu barca por estos huertos y observar cómo trabajan los Intha es una de las mejores cosas que ver en el lago Inle.
7. Nyaung Shwe
La ciudad más vibrante que ver en el lago Inle es Nyaungshwe.
Es el lugar turístico por excelencia y lo notarás en cuanto llegues a su calle principal, repleta de tiendas, lavanderías, restaurantes y agencias de viaje. Los mochileros y otros occidentales la recorren arriba y abajo durante todo el día.
El mercado matinal es una visita obligada, y otras interesantes son el Museo Cultural, las pagodas del centro de la ciudad (con algunas del siglo XVI), y el monasterio Shwe Yan Pyay, con sus características ventanas redondas de madera.
Es la población más viva de todas e incluso encontrarás un bar occidental (Pub Asiático). Sin embargo, la calidad de las bebidas y cócteles es horrible aquí. Pasad de él y tomaros vuestros cócteles en un restaurante/bar familiar que no os va a defraudar: el Min Min, en la calle principal de Nyaung Shwe. Si lo hacéis, decidles que vais de mi parte y os tratarán de lujo. Una familia entrañable.
8. Bodega Red Mountain
Las cosas como son: el vino en Myanmar es caro y malo. Eso sí, las vistas que ofrece la bodega Red Mountain son las mejores que ver en el lago Inle al atardecer.
Se encuentra a tan solo 20 minutos en bicicleta del centro de Nyaung Shwe. El alquiler de una bicicleta para todo el día cuesta unos 2.000 Kyats (1,20€) así que merece la pena. Si te ves un poco vago para eso, siempre puedes ir en pick up (15.000 Kyats ida/vuelta y caben unas 6 personas).
Puedes probar alguno de los vinos de una de las dos únicas bodegas que existen en Myanmar mientras charlas y contemplas las vistas.
9. Excursiones en bicicleta en el lago Inle
Si tienes un día libre y ya has recorrido todas las partes importantes que ver en el lago Inle en barca, te aconsejo que alquiles una bicicleta y pases un día recorriendo los márgenes del lago cercanos a Nyaung Shwe.
Tengo una buena excursión que recomendaros, pero lo haré en otro artículo a parte, ya que nos llevó todo el día.
10. Pescadores del lago Inle
No puedes dejar de admirar a los pescadores del lago Inle.
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Remando con un pie y dejando las manos libres para faenar, practican una técnica que pasa de generación en generación. Extiende la red en el agua y después utilizan el remo para golpear con violencia la superficie del lago, asustando a los peces, que van directos a la trampa sumergida. Un espectáculo que ver en el lago Inle.
Hola David.
Me gustaría preguntarte algo. Si tuvieras que elegir entre realizar el trekking de Kalaw al lago Inle o un trekking por los alrededores de kengtung ¿Cuál elegirías? ¿Cuál sería el más recomendable?
Gracias,
Isabel
Buenas, Jesús!
Me alegro de que el artículo te haya resultado útil! Myanmar es un país precioso. Disfrútalo!
POR FIN un artículo que de gran utilidad y concrección acerca del Lago Inle y sus visitas!! Muchísimas gracias!!!!