El mirador y castillo de Torre Baró
Hay lugares en Barcelona que permanecen alejados de las rutas turísticas. Intactos persisten a los cambios que sufre el centro de la ciudad y a las hordas de viajeros que parecen hacer colas por amor al arte o comerse paellas mediocres a precios de bogavante incluido. Obviamente hay de todo.
El mirador de Torre Baró es uno de esos lugares. Alejado del centro de Barcelona, este enclave se encuentra muy cercano al lugar donde antiguamente se levantaba la Quinta Forca cuyo aspecto advertía en esa época a maleantes antes de entrar a la ciudad y que dio pie a la expresión de lejanía que hoy en día usamos en catalán.
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Entre Trinitat Nova, Ciudad Meridiana y Vallbona, se levanta esta colina ribeteada con el llamado castillo de Torre Baró y un mirador con vistas privilegiadas a la ciudad de Barcelona y al valle del Besós. Nos encontramos en plena naturaleza, en uno de los vértices de la sierra de Collserola que separa la ciudad de Barcelona con las comarcas del interior.
La inmigración de la década de los sesenta motivó la auto construcción y las barracas. Aunque el ayuntamiento ya hizo un lavado de cara durante las últimas décadas, todavía podemos respirar un ambiente muy alejado de la habitual estampa que nos quieren hacer vender de Barcelona desde las instituciones. Muy cerca de los barrios donde más desahucios ocurren, donde el paro golpea más fuerte y muchos locales e inmigrantes se las apañan como mejor pueden, se levanta uno de los miradores más bonitos y menos adornados de la ciudad.
El mirador de Torre Baró se encuentra en la zona más al noreste de la ciudad, muy cercano al río Besos que delimita la frontera de la ciudad de las olimpiadas con la periferia que hasta hace bien poco ha estado omitida en los folletos turísticos.
Asimismo, en lo más alto de la colina el castillo de Torre Baró despliega una leyenda que el escritor David Izquierdo no dudó en catalogarla como el Taj Mahal de Barcelona. Para situarnos, debemos cambiar al emperador de la India que levantó ese gran monumento y expresión infinita de amor en Agra por el barón de Sivatte a inicios del siglo XX en Barcelona y una incipiente burguesía que buscaba los remedios de enfermedades incurables alejadas de las insalubres calles del centro de la ciudad, patas arriba con la construcción del Eixample.
La leyenda cuenta que la hija del barón Sivatte contrajo la tuberculosis y el mismo padre, propietario de los terrenos que conforman el barrio de Torre Baró de hoy en día, mandó construir un castillo a lo alto de la colina. Con el propósito que el aire puro de la sierra de Collserola ayudara a mejorar la enfermedad de su hija, el barón le dio un toque medieval a la construcción y si la contemplamos no nos costaría nada imaginarnos una pobre doncella encerrada en la última sala de la torre del castillo a la espera de un príncipe que venciera de una vez por todas al dragón de la tuberculosis.
Desafortunadamente la chica murió y ni siquiera se había terminado la construcción. Apenado, la leyenda cuenta que el barón Sivatte abandonó la obra como metáfora de su aflicción por la gran pérdida y así ha llegado hasta nuestros días.
Si nos atenemos a los hechos y dejamos a un lado las leyendas, los datos nos hablan de un intento fallido de la burguesía de inicios del siglo XX capitaneado por el barón Sivatte de construir una ciudad jardín en esta zona que nunca terminó de realizarse. Historia o leyenda, verdaderamente merece la pena pasearse por el mirador de Torre Baró, contemplar el castillo que hoy en día forma parte del mobiliario urbano del Nou Barris y disfrutar de la naturaleza y de las bonitas vistas que exhibe lejos de las manadas turísticas del centro de Barcelona.
Además, para los amantes del deporte en esta zona transita una de las vías verdes más interesantes del área metropolitana de Barcelona. Se trata de la Ronda Verda, un circuito de carriles y caminos para bicicletas, senderistas y corredores que bordea el litoral y las montañas de la ciudad en un circuito circular de 72 kilómetros. Otro día os contaremos más en detalle los secretos que esconden la Ronda Verda.
Datos prácticos
Dirección
Carretera Alta de les Roquetes, 328
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Horario para visitar el Castillo de Torre Baró | Martes y jueves de 10 a 13 horas, martes de 10 a 14 y de 17 a 20 y domingos de 10 a 14 horas.
Cómo llegar | Metro Roquetes y caminata de unos 10 minutos o bien autobuses urbanos 81 y 127
Página oficial | Barcelona turismo