Mi mayor miedo como viajero

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XixeroneAutor del artículo y fotografías:
Luis Cicerone.
Luis tiene su blog propio de viajes y lo encontrarás en Las aventuras de Xixerone.

Todos tenemos miedos. Siendo un viajero más que ocasional, la mayoría de mis temores de estos últimos años han estado relacionados con mi integridad física al viajar.

Miedo a caminar solo por según qué ciudades de Venezuela, a que me timen en la India, a que me atropelle un coche en China o me caiga haciendo senderismo. En definitiva, miedos palpables a amenazas verdaderas.

Otros de mis miedos más abstractos incluyen problemas de planificación, como quedarme sin dinero mientras viajo, perder un vuelo, una conexión de tren o que el hotel esté lleno. Estos miedos son más etéreos, pero no por ello menos reales.

Sin embargo, en mi interior habita un miedo mayor, menos palpable y más siniestro, el miedo a no sentir.

Y es que cuanto más viajamos, más insensibles nos volvemos y nos es más difícil maravillarnos ante el cambio. Cuando la novedad es la norma, la sorpresa deja de impresionar.

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No es la primera vez que me planteo esta cuestión, que suele estar relacionada a las expectativas que tengo de visitar un lugar.

Por ejemplo, el momento en el que por fin me planté frente al Taj Mahal, después de una aventura tortuosa por el norte de la India, me sentí culpable del primer pensamiento que pasó por mi mente:

¿Eso es todo?

Automáticamente aparté la pregunta de mi cabeza, auto-regañándome por pensar algo así.

Estás en el Taj Mahal, ¡disfrútalo!

Y entonces intenté disfrutar de la experiencia. Saqué la cámara, intenté evitar las hordas de turistas y apreciar la maravilla que tenía frente a mí.

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Sin embargo, el mero hecho de plantearme esa fatídica pregunta me hizo dudar de si había llegado a un punto en el que viajaba por viajar, buscando la foto, con el objetivo de tachar ciudades de mi lista.

Afortunadamente el remordimiento duró poco. Nada más llegar a Jaipur, una ciudad de la que no tenía grandes expectativas, todo cambió. Logré dejar de psicoanalizarme a mí mismo y empezar a disfrutar ahí donde estaba, de la gente, del calor abrasador, de la comida.

jaipur-india

Con mi viaje a China tuve experiencias similares, me decepcionó la Ciudad Prohibida y, un año después, tengo más presentes los recuerdos de las peripecias y las sensaciones que el de los lugares específicos que visité.

Después de estos ejemplos es más fácil entender mi fobia a la insensibilidad viajera, a la falta de «¡guaus!», a que no se me escape el aliento cuando contemple maravillas como el Salto del Ángel.

salto-angel-venezuela

Algunos sostienen que viajar es una adicción y, como en todas las adicciones, llega un punto en el que, sin importar la dosis, no te colocas más.

Yo sólo espero que el colocón dure para siempre y que mis miedos no se hagan realidad para poder seguir disfrutando al máximo de mis viajes.

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Y tú ¿has tenido alguna vez la sensación de hastío al viajar?

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24 comentarios en “Mi mayor miedo como viajero”

  1. Querido amigo, justamente la clave está ahí… dejar las expectativas de lado y sorprendernos, en cada detalle, de cada día, de cada gota de lluvia, cada persona que conocemos, cada sabor, cara aroma. No esperemos nada de la vida!
    Gran artículo, gracias por compartir tus miedos con nosotros. Mucha luz! ♥

  2. Eliminar expectativas; destruirlas, aniquilarlas, suprimirlas de un plumazo. Creo que esa sea la actitud correcta ante un viaje, pero no solo eso, sino también ante la vida en general. Cuando uno ha logrado controlar, incluso neutralizar, el deseo, la necesidad imperativa de hacer algo, no queda espacio posible para el fracaso o la decepción: todo sorprende, todo aporta algo positivo, por poco que sea. Y además no hay nada preconcebido, sino que todo lo vivido es natural y espontáneo. Lo único que hace falta tener es la mente abierta y libre de ataduras de cualquier tipo.
    Aquel que no quiere nada es libre de todo. Incluso de sus miedos.

  3. Lo primero,fuera miedos!viajamos para no sentirlos. De los desastres que nombras se puede salir,simplemente ten un plan b (o improvisa, si no queda más remedio).!

    Cuando llegas a un lugar nuevo es importante vaciarte de expectativas,abrir los sentidos: ver, escuchar,ir a los detalles, a la generalidad… Siempre te maravillará ese lugar soñado. Saludos.

  4. A mi el dia anterior al viaje , me entra unos nervios tremendos.Creo que se me olvida algo,incluso ya en el aeropuerto,el bolso lo miro varias veces, para ver si esta el pasaporte, dinero etc.
    Cuando llego al destino mi mayor miedo es el robo

    Muy buena tu reflexion

  5. Hola Viridiana!
    Qué bueno lo que te pasó en Turquía!!! Yo creo que para mi próximo viaje casi no voy a ver fotos, así me sorprendo más!! Gracias pro visitar nuestro blog!! un beso grande!!
    Aldana

  6. Lo mismo que tú sentiste cuano fuiste viste el Tah Mahal, yolo sentñi cuando vi las pirámides de Egipto… simplemente las había soñado por años y cuando finalmente las ví, no me sorprendí en lo más mínimo; en cambio, cuando viajé a Turquía por cuestiones de salud, me sorprendieron las calles, los dulces típicos y la gente… debo decir que esa vez no visité ningún lugar turístico ni tome ninguna foto… fue el mejor viaje!!!

  7. mmm… espero que no me pase nunca. Por ahora no me pasa ni llendo a Cuenca. Soy de sorpresa fácil y de ilusionarme incluso por el pueblo más guarro de España si no he estado nunca. Aunque entiendo tu postura, Luis.. es el lado malo de viajar tanto!! Como dice todo el mundo en comentarios anteriores, la gente es un factor importante. Y creo que lo de sobrecargarse de información gráfica antes de llegar al destino también es un punto negativo… Saludines!

  8. Hola amigos viajeros!!
    A mí me pasó lo mismo en el Taj Mahal… y lo que es peor y cada vez que lo cuento todos me miran mal… me pasó lo mismo en Machu Picchu… Bueno, no fue exáctamente lo mismo, porque Machu Picchu me llenó un poco más… pero cuando vi ante mi la imponente ciudadela inca sentí que eso mismo que estaban viendo mis ojos ya lo había visto… claro… es que vi tantas, pero tantas fotos de Machu Picchu que es como que ya lo conocía… En Argentina, uno de los primeros viajes fuera del país que todo mochilero hace es, precisamente, Bolivia y Perú, por eso, había visto tanto, de amigos, de familiares, de conocidos… en internet, en la tele…
    Por eso, cada vez confirmo más que los lugares que más te sorprenden son, precisamente, aquellos de los que no tenemos tanta información, aquellos de los que no sabemos tanto. Es lo que me pasó, por ejemplo, con lugares como Rusia o con los pueblos tibetanos en el oeste de China (justo estoy escribiendo u artículo sobre esto).
    Igualmente, comparto con algunos comentarios lo de la gente… a cada lugar lo hacen las personas, por eso nuestro «lema» de viaje es: conocer el mundo a través de su gente…
    que sigas descubriendo el mundo!! y mucha magia para tu camino!!
    saludos desde la calurosa y lluviosa Buenos Aires!
    Aldana
    (www.magiaenelcamino.com.ar)

  9. En realidad creo que lo que impacta e impresiona en un viaje es descubrir y precisamente esos monumentos o lugares tan conocidos, los hemos visto tantas veces en fotos que en la realidad cuando los ves es como si ya los conocieras, en cambio,las pequeñas experiencias, personas, compartir maneras de vivir , de hacer , de pensar, descubrir en que somos iguales y en que diferentes, descubrir cuántas maneras hay de pensar y vivir en este precioso mundo para mi es lo mejor de cada viaje, lo inesperado. Los paisajes y monumentos son bellos pero las personas los hacen más especiales. Quizás sea un proceso en el que primero descubres diferencias y después pasas a descubrir lo que nos une, pero el secreto siempre estará en descubrir.
    Un abrazo.
    Ona

  10. Muy buena entrada Xixerone. Comprendo bien y comparto el miedo a perder la capacidad de entusiasmarse al viajar muy a menudo. En mi caso creo que comenzó en Londres cuando por fin estuve delante del Big Ben y me pareció de todo menos big. Aunque luego también tuve momentazos geniales en la ciudad. Antes de viajar por primera vez a Nueva York me torturaba la idea de que me decepcionase. Al final se me saltaron las lágrimas viendo la puesta de sol en Brooklyn frente al skyline the Manhattan. En definitiva, pienso que esto es un gafe del «oficio». Hoy en día podemos saber y ver tanto de un destino antes de viajar, que en realidad lo único que hacemos es comprobar si todo sigue en su sitio tal y como nos lo habían contado. Pero siempre descubrirás lugares y conocerás a gente de los que no habías visto/oído hablar antes y sólo por esos breves momentos de éxtasis turístico habrá merecido la pena.

  11. Poco que añadir a lo que muchos ya han comentado aquí. El primer bosque tropical, el primer glaciar, las primeras cataratas imponentes (excepto Iguazú que he visitado 2 veces y aunque fueran mil creo que me seguiría poniendo la carne de gallina), el primer desierto…Todo impacta, todo te llega bien dentro…pero vas viendo más bosques, más glaciares, más desiertos o monumentos (siempre he sido más de los naturales que los arquitectónicos) y la sensación ya no es la misma.

    El SECRETO: LA GENTE. Éso es lo que debe sorprendente y con quien debes aprender.

    Buen post, Luis.

    Un saludo y te esperamos en Viajablog cuando quieras.

  12. Wao Cicerone!Es que hasta en blogs de otros me dejas con la boca abierta!! no he viajado ni la mínima parte de lo que has viajado tú pero puedo llegar a entender como el viajar se ha convertido en tu pseudo rutina, pero…¿sabes qué?, tienes mucho ingenio y creatividad, estoy segura que buscarás ese lugar que te deje la boca abierta hasta la saciedad donde sea que te encuentres. En cuanto al miedo por estar solo en ciudades de Venezuela aquí los lugareños te recibirán con toda la pompa que te mereces :P. Mira que cual Olimpiadas la ciudad entera se está preparando para el momento ;)

  13. Estoy contigo, Luis, realmente ese miedo existe cuando llevas ya unos cuantos viajes encima, y también a mi me ocurrió con el Taj Mahal, en concreto. No así con el Partenón o con cualquiera de los monumentazos que hay en Egipto, quizá porque espera que no me sorprendieran o que no me «dijeran» nada en esa falsa creencia de que los tienes muy vistos en los libros del colegio, revistas, etc.
    Sí es cierto que hay destinos que te llegan y otros que no. A mi no me gustó demasiado Vietnam, incluso ni sus gentes, y en cambio Birmania me fascinó precisamente por sus gentes. Mi primer viaje al Africa subsahariana será irrepetible porque cambié de registro totalmente frente a lo que conocía de Asia y un poquito de Centroamérica, y porque me pareció absolutamente humana, algo que no he encontrado en otros lugares. Pero es cierto que los siguientes viajes a Africa no me han llenado o sorprendido tantísimo.
    Igual, el recuerdo le da a todo una pátina «dorada», te acuerdas de lo bien que se está viajando, de las anécdotas y de los buenos momentos, y eso te alimenta a seguir haciéndolo. Pero sí, la inocencia se va perdiendo y quizá sólo se recupera, aunque sea fugazmente, cuando vamos (nos estrenamos) a destinos completamente diferentes. :-)

  14. Cuánta razón Luis, a veces recuerdo la capacidad de sorprenderme con todo que tenía en los primeros viajes y la echo mucho de menos.

    Gran post!

  15. Muchas gracias por tu aportación al blog, Luis! Sin duda, es un tema que a todos, en menor o mayor manera, nos ha tocado de cerca!

  16. Hola, muchísimas gracias por los comentarios. Tenéis razón en que aún no ha habido un lugar en el que me sienta decepcionado con la gente (excepto París), las personas que conocemos siempre marcan bastante más que los lugares que visitamos en sí.

    Saludos

  17. Siempre se tienen miedos, y creo que esos momentos de «no impresión» los hemos vivido todos. Lo que si creo es que con mucha frecuencia los lugares de los que menos esperas te producen sensaciones altas en adrenalina, por lo general gracias al apartado humano del lugar. Siempre lo he dicho y aunque me repita más que el ajo, el Caribe siempre sorprende. Estoy empeñado en adentrarme en el Caribe no español, y lo que hasta ahora he ido viendo me da un concepto radicalmente distinto, igualmente mágico y absolutamente pluricultural.

    Me sorprenden los sabores, los olores, las miradas, los tonos del paisaje.
    No me sorprenden con la misma intensidad las grandes ciudades ni lo ultramoderno.

    Los topicos, aunque los ofio a veces se equivocan. Coincido al 100% con lo del Taj Mahal, me tuve que decir a mi mismo lo que tu te dijiste ese día que nunca olvidarás.
    Un abrazo.

  18. He tenido esa sensación en algunas ocasiones y no supe describirla tan bien. Al final lo que hacía era apresurarme a eliminar ese comentario negativo que aparecía en mi cabaeza pero el sólo hecho de que hubiera aparecido me entristecía. Prefiero cuando todo me llama la intención y todo me parece interesante, que casualmente no me courre en monumentos sino en pequeños pueblos. Un saludo!

  19. Quique esa sensación de la que hablás, es cierta!! muy cierta! y tu comentario me viene como anillo al dedo porque estoy por viajar a Egipto, y justamente ayer pensaba en todo lo que vos decís. Y si no me gusta? Si no me sorprende? Pero en seguida mi pensamiento concluye en lo que vos decís: «está la gente»… hay que buscar allí! el lugar lo hacen los habitantes de esa ciudad! Me acuerdo una vez que decidimos ir, en el mismo viaje a : Turquía y Jordania y nuestra asesora de viajes dijo: primero vayan a Jordania y la frutilla del postre que sea Turquía! y sabés? hubiese preferido que sea al revés… y ahí me dí cuenta que sus pueblos fueron los que hicieron la diferencia!! No los lugares en sí, porque en ambos lugares vimos cosas que nos sorprendieron y nos dejaron con la boca abierta, pero la gente, sus pueblos fueron los que dieron el toque mágico al lugar. O sea, moraleja: no solo lo bello del lugar puede atraparnos, sino también sus habitantes, su pueblo!! Ahí es donde hay que mirar y siempre algo te sorprenderá !!..

  20. Me parece que es un tema muy común. Me ha ocurrido también en algunos viajes y cuando leí lo del Taj Mahal me sentí completamente identificado. Viendo ese precioso monumento me decía a mi mismo: «cómo puedes ser tan insensible y no llorar ante algo tan bonito como eso…»

    Al igual que Gildo, Bali también fue una decepción para mi. Especialmente después de haber visitado Sumatra y Java. Pero esa decepción me enseñó que lo que realmente buscaba en un viaje no era la armonía o la estética del lugar sino las gentes y los sentimientos que vas dejando en el viaje. Al toque humano nunca podremos ser insensibles.

  21. Me ha parecido de lo más interesante le artículo, de momento por mi corta experiencia viajera no puedo sentir algo así….pero creo que seria entendible lo tuyo..has visto tanto mundo que luego es dificil de impresionarte a ti mismo…pero seguro que hay rincones del mundo esperandote para que lso descubras y los disfrutes! =)

    milittletreasure.blogspot.com

  22. miedos de planificación: llegué a Heathrow cuando rara vez se usaban móviles. Dejé maleta y documentación a unos amigos que salieron en coche a los cuáles tenía que seguir con uno alquilado. La lluvia, el coche empañado, circulando en otro sentido..y éstos amigos a velocidad de fuga habría sido interesante ante cualquier incidencia o pérdida de vista.

  23. Yo, siento esa sensación cuando voy a Bali, sobre todo los últimos años.
    Como dice Cicerone, más de una vez me pregunto ¿Esto es todo? ¿Esto es, el paraiso que tiene en mente la gente?. Para mí, en esta isla es todo cada vez más superficial, la gente más antipática. Los vendedores de souvenirs (por todas las esquinas), si regateas un poco más, te mandan al carajo, así, por las buenas, y depende en que lugares, por ejemplo el barrio de Kuta, actualmente más se parece a «Sodoma y Gomorra»…..mister, ganja….mister, cewe.
    Aunque también es verdad (voy a ser bueno) que de vez en cuando y en algún rincón, te encuentras algo sin contaminar que recuerda aquel sitio tan romántico, bello y puro de otras épocas.
    Buen post.
    Saludos

  24. Buena reflexión! Otro miedo es a si las expectativas depositadas en un lugar serán mejores que el propio lugar. Cuando llegamos al destino, siempre tenemos la misma inquietud ¿Habremos viajado mejor mentalmente?

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