Viena tiene un apellido, “Imperial”, y se respira y aprecia cuando uno visita la capital austríaca. Viena fue la ciudad de residencia de la dinastía Habsburgo, capital primero del Santo Imperio Romano y después del poderoso Imperio Austro-Húngaro. Por dos veces Viena detuvo a las tropas otomanas, cambiando así el curso de la historia en Europa. Y si hablamos de historia, en la primera década del siglo XX en el centro de Viena paseaban vecinos con nombres como Adolf Hitler, Leon Trotsky, Josip Broz Tito, Sigmund Freud o Josef Stalin. Ciudad que merece una escapada de unos días en cualquier época del año, hoy os vamos a hablar de las mejores cosas que ver en Viena.
Y, con esos antecedentes, no es de extrañar que entre ellas se encuentren palacios, edificios majestuosos y museos, pero también calles de edificios privados de gran belleza, porque Viena es monumental.
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Índice de contenidos
- Antes de ir: prepara tu viaje a Viena
- 1.- Schloss Schönbrunn, el Versalles austríaco
- 2.- Los Jardines del Palacio Schönbrunn, un real parque
- 3.- La Escuela Española de Equitación, maestría de jinete y montura
- 4.- Naschmarkt, el mayor mercado al aire libre de Viena
- 5.- La Ópera de Viena, un edificio a la altura de Viena
- 6.- Café Central, el café vienés por excelencia
- 7.- El complejo de Hofburg, la sede del Museo Sisi
- 8.- El precioso Ayuntamiento de Viena
- 9.- Prater, el antiguo parque de atracciones de Viena
- 10.- Catedral de San Esteban, la iglesia más importante de Austria
- 11.- El Museo de Historia del Arte de Viena
- 12.- Los Palacios Belvedere, marco incomparable para Klimt
- 13.- Museo de Sigmund Freud, el vienés más mental
- 14.- Flaktürme, las colosales torres antiaéreas de Hitler
- 15.- El Monumento al Ejército Rojo
- 16.- La preciosa Iglesia De San Carlos Borromeo
- 17.- El sencillo Monumento a las Víctimas del Holocausto
- 18.- Sachertorte, la Viena más dulce
- Mapa de qué ver en Viena
Antes de ir: prepara tu viaje a Viena
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1.- Schloss Schönbrunn, el Versalles austríaco
1441 habitaciones y una extensión de 160 Hectáreas, además de por su imperial belleza, le han ganado el sobrenombre de “Versalles austriaco” al Palacio Schönbrunn (Schloss Schönbrunn).
Reformado, ampliado y embellecido a mediados del siglo XVIII, ha sido residencia de verano de monarcas hasta 1918, cuando Austria dejó de ser una monarquía. Convertido en museo desde entonces, con las habitaciones y salas dispuestas como en sus tiempos de máximo esplendor, en 1996 entró en la lista de lugares Patrimonio Mundial de la UNESCO.
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2.- Los Jardines del Palacio Schönbrunn, un real parque
Un palacio sin jardines (nótese el plural), no es un auténtico palacio. Si el palacio tiene el apodo de “Versalles austriaco”, los jardines tienen que estar a la altura. Los Jardines del Palacio Schönbrunn lo están, con múltiples espacios distintos, edificios decorativos, estatuas fuentes y, atentos, el zoológico más antiguo del mundo en constante funcionamiento.
Los jardines y el palacio son dos visitas distintas. Mientras el palacio tiene un coste, entrar a los jardines es gratuito.
3.- La Escuela Española de Equitación, maestría de jinete y montura
La Escuela Española de Equitación (Spanische Hofreitschule) data de finales del siglo XVI, bajo la monarquía de los Habsburgo. Desde entonces, ha mantenido viva la llama de la equitación clásica, en la tradición de la “Alta Escuela” (Patrimonio Inmaterial de la Humanidad). Contemplar la sincronización entre hombre y animal, la técnica y la belleza de los movimientos es todo un espectáculo.
El nombre de la escuela hace referencia no a nuestro país, sino a una raza de caballos, ágiles pero fuertes, que forman parte de la base de la raza Lipizzan. Esta raza es la única que se usa en la escuela.
4.- Naschmarkt, el mayor mercado al aire libre de Viena
Con una existencia que se remonta al siglo XVI, aunque en su forma actual es “apenas” centenaria, Naschmarket es el mayor de los más de 20 mercados que se celebran con regularidad en Viena.
Ubicado entre Kettenbrücke y Karlsplatz, a poca distancia del centro histórico, encontrarás en él más de 100 puestos, bares y restaurantes. Frutas, vegetales, especias, carne, pescado y productos tanto locales como internacionales os esperan en este mercado. Además, los sábados hay un mercadillo en el que encontraréis antigüedades y objetos de decoración, al estilo de una parte del Rastro de Madrid.
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5.- La Ópera de Viena, un edificio a la altura de Viena
En una ciudad llena de bellos edificios, la Ópera de Viena (Wiener Staatsoper) tuvo en 1869 el privilegio de ser el primero que se levantaba en el nuevo bulevar circular que rodearía el histórico distrito centro de Innere Stadt. Curiosamente, el gran edificio neo renacentista no gozó del favor del público que lo criticó duramente, llevando al suicidio a uno de los dos arquitectos responsables del diseño.
La Ópera de Viena es uno de los escenarios en los que se rodó la película “Misión Imposible: Nación Secreta” (2015). La trama en esos minutos gira en torno a varios asesinos que intentarán acabar con a vida del canciller austríaco durante una representación de “Turandot”. El agente Ethan Hunt hará todo lo posible por evitarlo (y aquí tenéis ese fragmento de la película).
6.- Café Central, el café vienés por excelencia
Dicen que a Viena se la conoce como la “capital cafetera del mundo”, por lo que una auténtica experiencia vienesa es acudir a una Kaffehaus. Mucho más que una cafetería, el Café Central lleva operando desde 1876 y bajo sus techos en bóveda, como si de una catedral del café se tratara, han tomado café Sigmund Freud o Leon Trotsky, por citar alguno de sus famosos clientes.
Aviso para adictos al dulce, su selección de pasteles y tartas es excelente. Aviso para impacientes, las colas son largas pero en función de la hora se mueven con relativa agilidad.
7.- El complejo de Hofburg, la sede del Museo Sisi
El Palacio de Hofburg ha sido el principal palacio imperial de la dinastía de los Habsburgo. Se ha ido expandiendo desde las primeras referencias, en el siglo XIII y hoy es todo un complejo con varias alas, pabellones y extensiones, incluyendo la residencia y despacho del Presidente de Austria.
Algunas de sus salas y zonas se han ido abriendo al público y se pueden visitar. Por ejemplo, los Apartamentos Stephan albergan desde 2004 el Museo Sisi, dedicado a la Emperatriz Isabel de Baviera, “Sisi”.
8.- El precioso Ayuntamiento de Viena
Construido en estilo neogótico con influencias flamencas en el último cuarto del siglo XIX, el Ayuntamiento de Viena (Rathaus der Stadt Wien) es uno de los edificios civiles más bonitos que podéis encontrar en Austria. De hecho, la inspiración del mismo viene de otro país europeo, pues el diseño de su fachada y su torre se inspiran en los del Ayuntamiento de Bruselas.
9.- Prater, el antiguo parque de atracciones de Viena
A mediados del siglo XVIII se abre al público como parque lo que fuera un coto de caza real, el Prater. Casi 130 años después, en él se instala un parque de atracciones, incluyendo una noria de 60 m de altura que se inaugura en 1897.
El Prater es un lugar con un encanto peculiar, con esas atracciones clásicas que nos remontan no ya a nuestra infancia sino casi a la de nuestros abuelos. Subirse en alguna de ellas cuesta unos 4 o 5€ en la mayoría, con la excepción de la noria. Montarse en alguna de sus 30 cabinas (15 son originales, las otras 15 se instalaron al finalizar la II Guerra Mundial, para sustituir a las destruidas) cuesta 12€. La entrada es gratuita y es recomendable visitarlo, también, de noche, para disfrutar de su iluminación.
10.- Catedral de San Esteban, la iglesia más importante de Austria
La Catedral de San Esteban (Domkirche St. Stephan) es el edificio gótico más importante de toda Austria. Construida en estilos gótico y románico, se completó en el año 1160 y si no fue completamente destruida en 1945 se debe al Capitán de las Fuerzas Armadas Alemán Gerhard Klinkicht, que desobedeció las órdenes del General de las SS Josef «Sepp» Dietrich de destruirla con fuego de artillería.
El acceso a la mayor parte de la catedral es gratuito, pero si quieres subir al mirador de la torre, tendrás que abonar 5€. Si os acercáis a verla de noche, no os perdáis la escalera al cielo.
11.- El Museo de Historia del Arte de Viena
El Kunsthistorisches Museum Wien, o Museo de Historia del Arte de Viena, mira frente a frente a otro magnífico museo, el Museo de Historia Natural. Ambos se construyeron a finales del siglo XIX con el objetivo de que la formidable colección de arte de los Habsburgo pudiera ser disfrutada también por los vieneses.
El Emperador Francisco José I de Austria-Hungría inauguró el edificio, y a su hermano al otro lado de la plaza, en 1891. Rafael, Durero, Tintoretto, Caravaggio, Rubens o Rembrandt son algunos de los artistas de los que podemos ver obras expuestas en él. Las pinturas, grabados y esculturas se complementan con otras de armaduras, instrumentos musicales o arte egipcio, por citar algunas.
12.- Los Palacios Belvedere, marco incomparable para Klimt
Los Palacios Belvedere (Schloss Belvedere) son un conjunto de dos palacios que se miran frente a frente, separados por la extensión de un cuidado jardín.
Construidos a principios del siglo XVIII, el Belvedere Superior es, además, un Museo de Arte, exponiendo las principales obras de Gustav Klimt, Egon Schiele y Oskar Kokoschka. El Belvedere Inferior fue residencia del Príncipe Eugenio, así que podemos contemplar toda la fastuosidad de sus salones y habitaciones.
13.- Museo de Sigmund Freud, el vienés más mental
Sigmund Freud, es uno de los austriacos más conocidos del mundo. Fundador de la disciplina del psicoanálisis (que, como a Woody Allen, o la consideras una genialidad o todo lo contrario), a los 3 años se mudó con su familia a Viena.
Allí residió hasta 1938 en la que se exilió ante la amenaza nazi, viajando a EEUU, donde fallecería un año más tarde. La casa en la que vivió y trabajó durante 47 años se convirtió en 1971 en el “Museo Sigmund Freud”.
14.- Flaktürme, las colosales torres antiaéreas de Hitler
Sigmund Freud no pudo ver la caída del nazismo, pero apenas tres años después de su muerte, las bombas aliadas ya caían sobre el territorio alemán. Como medida para contrarrestar estas, Hitler ordenó la construcción en Berlín, Hamburgo y Viena de Flaktürme, unas colosales estructuras de cemento de 30 m de altura, con varios cañones antiaéreos en su parte superior. Bajo ellos, plantas con suelos de 5 m de grosor, paredes de 3 m y la capacidad para albergar de 10.000 a 30.000 personas en su interior.
Construidas en pares, con una torre de control de tiro a unos cientos de metros de la de fuego, se ubicaron en los tres vértices de un triángulo que protegía una zona del centro de Viena, en torno a la Catedral de San Esteban. Han sobrevivido al paso del tiempo, y a los explosivos, dos torres de artillería antiaérea (una de ellas alberga un acuario) y dos conjuntos completo de torre de artillería y de control de fuego. Aunque no pueden visitarse, son una visión espeluznante.
15.- El Monumento al Ejército Rojo
Viena fue capturada por el Ejército Rojo el 14 de abril de 1945, de acuerdo a órdenes emitidas personalmente por Stalin, que veía en la ciudad no sólo una posición estratégica para atacar Alemania, sino su valor en la post-guerra para conseguir ventajas en la negociación de las futuras esferas de influencia de las potencias ganadoras.
En agosto de 1945 se inauguró este monumento a los Héroes del Ejército Rojo, aunque la segunda oleada de tropas había sido menos «heróica» y se habían concentrado en el pillaje y la violación. Teniendo en cuenta la posterior trayectoria de la URSS, y las actuales aventuras bélicas de su heredero, Rusia, no es de extrañar que en este siglo el monumento haya sido vandalizado en varias ocasiones. De hecho, si os fijáis al fondo del mismo, en una pared que no es del monumento veréis pintada una bandera ucraniana.
16.- La preciosa Iglesia De San Carlos Borromeo
La Iglesia Rectoral de San Carlos Borromeo (comunmente conocida como Karlskirche) se levantó como promesa al finalizar la Epidemia de Peste que en 1713 mató a unos 80.000 ciudadanos. Sin discusión alguna, es la iglesia barroca más impresionante de Viena.
No os perdáis la vista de la fachada desde el estanque, frente a ella. Si el tiempo acompaña es un buen lugar para disfrutar el atardecer con un privilegiado punto de vista.
17.- El sencillo Monumento a las Víctimas del Holocausto
En Judenplatz se ubicaba el centro de la vida de la comunidad judía de Viena. Allí, en época medieval tenían su principal sinagoga. Hoy un museo y un mausoleo son las únicas referencias de una existencia borrada del mapa. En el centro de la plaza, rodeado de hermosos edificios, hay un sencillo mausoleo, el Monumento a las Víctimas del Holocausto.
Leed los nombres grabados alrededor del mausoleo, algunos os sonarán y todos son lugares donde se exterminó a los judíos durante la II Guerra Mundial.
18.- Sachertorte, la Viena más dulce
Atención golosos, Viena tiene su propia tarta, la Sachertorte o Tarta Sacher. La tarta original nació de la petición que le hizo el Príncipe Wenzel von Metternich a Franz Sacher, para unos invitados ilustres.
La tarta está creada con dos capas de bizcocho de chocolate, con mermelada de albaricoque entre ellas, y cobertura de chocolate. Los dos sitios de Viena en que debes probarla rivalizan con ferocidad por el título de la receta original, son el Demel y el Café Sacher, del Hotel Sacher.
Mapa de qué ver en Viena
Todos los lugares que hemos mencionado en este artículo se encuentran geolocalizados aquí abajo, en un mapa sobre qué ver en Austria que hemos creado, dentro de la capa “Viena».
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