Creo que ya lo he dicho en un artículo anterior, pero me repito y afirmo que Copenhague es una ciudad de cuento. De entre las mejores cosas que ver en Copenhague, varios castillos y palacios se encargan de la parte de reyes y princesas. Los canales y el mar le dan el toque exótico y viajero. Una pequeña isla fortificada, inspira a batallas y héroes. Un barrio con una zona que asegura no estar en la Unión Europea, el toque surrealista.
Y aún no hemos mencionado ni uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo ni edificios de diseño vanguardista. Así que para que aproveches el tiempo al máximo, te vamos a contar cuales son, en nuestra opinión, las mejores cosas que ver en Copenhague.
Índice de contenidos
- Antes de ir: consejos para viajar a Copenhague
- 1.- El esplendor del Castillo de Rosenborg
- 2.- Christiania, el barrio fuera de la Unión Europea
- 3.- Astronomía y vistas en Rundetårn, la Torre Redonda
- 4.- La sirenita, un pequeño personaje de cuento
- 5.- La verde Fortaleza Kastellet
- 6.- El Palacio de Christiansborg
- 7.- El Palacio de Amalienborg, una visita real
- 8.- La gran Plaza del Ayuntamiento de Copenhague
- 9.- Los Jardines Tivoli, diversión para grandes y pequeños
- 10.- La Gliptoteca Ny Carlsberg, arte gracias a la cerveza
- 11.- Nyhavn, el colorido puerto en el canal
- 12.- Tocar el cielo en la iglesia de Nuestro Salvador
- 13.- Los barcos-museo de la Base Naval Holmen
- 14.- La Galería Nacional de Dinamarca
- 15 .- Un paseo por los canales de Copenhague
- Mapa de qué ver en Copenhague
Antes de ir: consejos para viajar a Copenhague
Cuando nosotros preparamos nuestro viaje a Copenhague, esto es lo que tuvimos en cuenta:
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De eso, y de más cosas, encontrarás información en nuestro artículo sobre cómo preparar un viaje a Copenhague.
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1.- El esplendor del Castillo de Rosenborg
Rodeado en tres de sus lados por un foso inundado, el Castillo de Rosenborg se levanta en un lateral del Parque del Rey (Kongens Have), un espacio verde cuyos planos datan de 1606 y que originalmente era un jardín del que se obtenían vegetales y fruta fresca para el castillo.
Con salones de baile y salas de estar, formales espacios para recibir a nobles y embajadores, techos y paredes ricamente decorados, en el Castillo de Rosenborg encontraremos un auténtico palacio real inalterado desde el siglo XVIII en que dejó de ser residencia de la monarquía danesa.
En el Castillo de Rosenborg se exhiben las joyas de la Casa Real de Dinamarca, en una habitación acorazada, así que la última sala que veas en el castillo os va a deslumbrar.
Aunque el Parque del Rey está abierto al público y comprando la entrada puedes hacer una visita por libre, si no quieres perderte detalle de la historia que se respira en cada sala, te puedes apuntar a una visita guiada en español por el Castillo de Rosenborg.
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2.- Christiania, el barrio fuera de la Unión Europea
Un movimiento de contracultura fue el germen del nacimiento de la Ciudad Libre de Christiania (Fristaden Christiania), al ocupar unos antiguos barracones militares dentro del barrio de islas y canales de Christianshavn y autoproclamarse micronación en 1971.
Los cerca de mil habitantes (¿censo? ¿qué censo?) de Christiania se declaran comuna independiente de Copenhague, de Dinamarca y hasta de la Unión Europea. Los ideales más hippies a veces chocan con la realidad de un gobierno danés semi-tolerante que les ha ido dejando hacer mientras no se metieran con nadie.
Cuando eso ha ocurrido, porque en el interior de Christiania se trafica con marihuana y drogas más fuertes con las consiguientes situaciones violentas ocasionales, no han dudado en emplear a la ley y a la policía para restablecer un cierto orden.
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Christiania no es un zoo humano. Independientemente de lo que pienses sobre lo que hacen y cómo viven los que allí residen, sé respetuoso cuando lo visites. Puedes ver el grafiti de sus muros, pasear (poco, es muy pequeño), respirar el ambiente y buscar a “Jorge el Verde” (Green George) para sentarte en este sonriente troll de madera reciclada.
En teoría está prohibido hacer fotos y yo no usé la cámara, pero el día que lo visitamos se celebraba un evento – con posterior desfile por las calles – pidiendo la legalización del cannabis así que imité a otros e hice varias fotos con el móvil.
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3.- Astronomía y vistas en Rundetårn, la Torre Redonda
Una torre redonda no es ninguna novedad en cuanto a estilo arquitectónico ¿verdad? Ahora bien ¿conocéis alguna torre que no tenga escaleras para llegar a lo más alto? Pues la Rundetårn no tiene escaleras sino una rampa.
Así es, en el interior de la torre se asciende desde el nivel del suelo mediante una rampa inclinada que va girando en espiral 7,5 veces hasta llegar a lo más alto (casi, hoy existen dos tramos finales de escaleras).
La razón es que originalmente la Torre Redonda se construyó como parte de un complejo académico que incluía una iglesia (la Iglesia de la Trinidad), una biblioteca y un observatorio astronómico en lo alto. Para subir material destinado a este último, y libros a la biblioteca, un caballo y un carro pueden acceder por la rampa.
Vosotros podéis subir a la Torre Redonda a pie, y disfrutar de las vistas desde los casi 35 m de altura de su plataforma exterior de observación de 360º en torno a la base del pequeño observatorio.
4.- La sirenita, un pequeño personaje de cuento
De la imaginación del genial Hans Christian Andersen nacieron infinidad de personajes de cuento. Uno de ellos, transformado en estatua, ha hecho tan famoso a Copenhague que hoy se considera una visita indispensable y, sí o sí, hay que visitar la estatua de La Sirenita (Den lille Havfrue).
Esta estatua de bronce, de una tristeza serena, fue inaugurada en 1913 y quizás parte de la tristeza de su mirada obedezca a que ha sido objeto de ataques vandálicos no pocas veces.
Por cierto, ¿sabéis eso que dice todo el mundo de que en persona parece más pequeña de lo que se imaginaban? Pues a mi no me lo pareció, aunque ya sabía que medía sólo 1,25m.
5.- La verde Fortaleza Kastellet
A pocos metros de la estatua de La Sirenita se encuentra una fortaleza pentagonal del siglo XVII, el Kastellet (la Ciudadela) que formó parte de una red de bastiones amurallados que defendían la ciudad de Copenhague.
Aunque sigue albergando instalaciones militares, y el monumento conmemorativo de la participación de las Fuerzas Armadas de Dinamarca en misiones internacionales, está abierto al público que pasea libremente por lo alto de sus murallas, hoy cubiertas por verde césped.
No os perdáis el Molino del Viento, funcional, en el lado oeste del Kastellet.
6.- El Palacio de Christiansborg
Aunque el primer Palacio de Christiansborg está fechado en 1167, el palacio que podemos visitar actualmente es en realidad el tercero que se construye en el mismo lugar. La mano del hombre (enemiga) y la mala fortuna (incendios) provocaron la destrucción de los anteriores.
El Palacio de Christiansborg puede visitarse, aunque no en su totalidad, pues es también la sede del Parlamento de Dinamarca, en él tiene sus oficinas el Primer Ministro, aquí se encuentra el Tribunal Supremo de Dinamarca, y, en cuarto lugar, algunas partes del palacio las sigue usando la Familia Real.
Lo que sí debéis hacer es poneros en la cola, pasar el control de seguridad, tomar los dos ascensores y subir a la Torre del Palacio de Christiansborg. Las vistas de Copenhague son impresionantes.
7.- El Palacio de Amalienborg, una visita real
Amalienborg es la residencia oficial de la Familia Real de Dinamarca desde 1794, cuando el Palacio de Christiansborg fue presa de un incendio. La solución para encontrar un alojamiento a la altura de su rango fue comprar Amalienborg, que había sido construido para cuatro familias nobles.
En realidad, Amalienborg está formado por cuatro palacios separados, no uno, dispuestos en torno a una plaza octogonal donde se levanta la estatua ecuestre de Federico V de Dinamarca. Son los palacios de Cristián VII, Cristián VIII, Cristián IX y Federico VIII.
Ya que estáis en Amalienborg, podéis optar por seguir la mirada de Federico V y caminar hasta la muy rococó Frederiks Kirke (o Iglesia de Mármol, lo entenderéis cuando la veáis), o pasear en sentido contrario y sentaros en el muelle para contemplar el moderno edificio de la Ópera.
8.- La gran Plaza del Ayuntamiento de Copenhague
La Plaza del Ayuntamiento de Copenhague (Rådhuspladsen) alberga la sede del poder civil de la ciudad, pero en ella se encuentran también varios bonitos edificios como Politikens Hus (un rotativo danés) o el precioso Hotel Palace.
Luego está el cuadrado acristalado que es el Industriens Hus que sería para echarse las manos a la cabeza, pero como la plaza es tan grande, con que nos pongamos de espaldas a él arreglado queda.
El Ayuntamiento de Copenhague (Københavns Rådhus), de ladrillo rojo y con más de un siglo de existencia a sus espaldas se puede visitar (con un tour) y tiene una torre a la que podéis subir, 300 escalones mediante y desde sus 105m de altura contemplar la ciudad.
No os perdáis la estatua de Hans Christian Andersen mirando en dirección a los Jardines Tivoli.
9.- Los Jardines Tivoli, diversión para grandes y pequeños
Los Jardines Tivoli son ya una tradicional institución de Copenhague, y de Dinamarca, pero no son un verde parque de césped y arbustos, no, los Jardines Tivoli son un gran parque de atracciones en pleno Copenhague.
En los Jardines Tivoli hay varias zonas de restauración, escenarios de espectáculos y muchas atracciones para grandes y pequeños. Intentad no ir el fin de semana, es un sitio muy popular para los daneses y está todo abarrotado.
Uno de los elementos más peculiares en él, la Noria de los Jardines Tivoli, se construyó en 1943. No es muy alta, no llega a los 19m, pero sí muy pintoresca, ya lo veréis, como sacada de una antigua película infantil.
Los Jardines Tivoli no están abiertos todo el año, cierran unos días entre temporadas para cambiar la decoración y también entre enero y abril.
10.- La Gliptoteca Ny Carlsberg, arte gracias a la cerveza
La Gliptoteca Ny Carlsberg nació de la colección de arte de Carl Jacobsen, heredero del imperio cervecero Carlsberg. Tanto había ido creciendo el fondo de la misma que a la hora de buscar un nuevo emplazamiento decidió que donaría toda la colección al Estado y a la Ciudad de Copenhague si encontraban un lugar en el que exhibirla.
Así fue como nació “la Gliptoteca” (sin apellidos, aunque los contenga el nombre oficial), una colección con más de 10.000 obras de arte, en su inmensa mayoría esculturas, con obras sumerias, etruscas, griegas y romanas, e incluso momias.
Por cierto, la palabra “Gliptoteca” procede de la unión de dos términos griegos que significarían “esculpir” o “tallar” y “lugar de almacenamiento”.
11.- Nyhavn, el colorido puerto en el canal
Si hay una postal imprescindible de la ciudad, esta la tenéis fotografiando las coloridas casas al borde del muelle de Nyhavn, como en la foto al principio del artículo.
Este canal data de finales del siglo XVII. y su función original era permitir que las mercancías y pescado que llegaban por barco se acercaran todo lo posible al centro de la ciudad para proceder a distribuirlas.
Lugar frecuentado por marineros, que saciaban en diversos establecimientos todas sus necesidades después de haber estado tiempo navegando, la zona se rehabilitó conforme cayó en desuso. Hoy es una zona pintoresca de antiguos edificios bajos y coloridos, con viejos barcos anclados en el muelle.
Todo el lado norte de los muelles de Nyhavn es una animada sucesión de terrazas donde tomar una cerveza (no te asustes si dos cervezas te salen por 18€) o picar algo. Tienes mantas en las sillas, además de calefactores, especialmente útiles según cae la noche y en la mayor parte de los meses del año.
12.- Tocar el cielo en la iglesia de Nuestro Salvador
La Iglesia de Nuestro Salvador (Vor Frelsers Kirke) es una iglesia de estilo barroco que se levanta en el barrio de Christianshavn. Fue inaugurada en 1695, pero no tuvo altar definitivo hasta 1732 y la zona de la aguja de la torre no fue completada hasta 1752.
Lo más espectacular que podéis hacer en Copenhague es subir a la torre de la Iglesia de Nuestro San Salvador. Cuando desde abajo veis la aguja que la corona, notaréis una especie de espiral que la rodea. Eso es el tramo final de la escalera que sube hasta ella, uno de los miradores más espectaculares en los que he estado nunca y que os disparará la adrenalina.
En Copenhague puedes visitar no uno sino hasta tres buques que pertenecieron a la Armada de Dinamarca. Se encuentran en la Base Naval “Holmen”, al otro lado de la bahía, y son la Fragata «Peder Skram«, la lancha torpedera «Seehested» y el submarino «Sælen«.
Tienes un acceso prácticamente total al exterior e interior de cada uno de ellos, desde el puente de mando a los centros de control de fuego (artillero), las literas de la tripulación o los comedores.
Después de visitarlos me reafirmo en que si las condiciones de la vida en la mar son duras, servir en uno de estos buques durante la Guerra Fría, tan cerca de la frontera entre la OTAN (con la neutral Suecia al norte y Alemania Occidental al sur) y el Pacto de Varsovia (de Polonia a las repúblicas bálticas de la URSS más allá) lo hacía incluso más peligroso.
14.- La Galería Nacional de Dinamarca
Si antes hablamos de la Gliptoteca como el lugar con más esculturas clásicas de Dinamarca, la Galería Nacional de Dinamarca contiene el mayor número de cuadros del país.
La Galería Nacional (SMK o Statens Museum for Kunst) alberga unas 9.000 pinturas (y esculturas) de varias épocas, arte europeo de los siglo XIII a XVIII, arte danés y nórdico de los siglos XVIII y XIX, arte francés de principios del siglo XX y arte danés e internacional desde el año 1900.
Ya se que no son daneses, pero no os perdáis los Matisse ni los Picasso.
15 .- Un paseo por los canales de Copenhague
Una experiencia imprescindible en una ciudad como esta es dar un paseo en barco por los canales de Copenhague.
De esta manera podemos apreciar sus canales desde ellos, conociendo la ciudad también desde el agua. En el recorrido de una hora se disfruta de vistas de los principales sitios de la ciudad, desde Nyhaven o Christianshavn incluso hasta la estatua de La Sirenita (desde el mar tienes una curiosa perspectiva de la cantidad de gente que la está fotografiando).
Mapa de qué ver en Copenhague
En este mapa,de qué ver en Dinamarca encontraréis una capa llamada «Copenhague» en la que hemos incluido los lugares aquí mencionados.
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