Durante nuestra segunda jornada por la Laponia sueca nos desplazamos desde Skelleftea hasta la localidad de Arvidsjaur. Se encuentra aproximadamente a una hora de coche atravesando el interior del país. El horizonte y los múltiples lagos se cubren de nieve y los abundantes abetos parecen pasar lista ante nosotros. Los kilómetros se suceden en la monótona carretera y apenas encontramos desniveles en el uniforme terreno. Si buscas la nada en toda su extensión, la encontrarás en la Laponia sueca.
A pocos kilómetros de llegar a nuestro destino nos encontramos con un pastor de renos. Se hallaba en las proximidades de la localidad de Jörn y andaba con su manada de renos desplazándose de las zonas costeras de Laponia hacia el interior del territorio. Antiguamente los pastores samis de la zona transportaban los renos de un lugar a otro con sus esquíes de madera. Hoy en día se ayudan de la tecnología y, en este caso, nuestro pastor lo hacía a través de su motonieve.
Estuvimos un buen rato con él disfrutando del espectáculo de ver centenares de renos a nuestro alrededor. El pastor iba depositando su comida en un barreno -básicamente líquenes- y los animales acudían en manada respetando las raciones de comida y los turno para cada uno. Parecían demostrar su nacionalidad sueca a razón de su aplicada forma de respetar su tiempo y espacio para que todos pudieran disfrutar de su manjar.
Nosotros andábamos en medio del espectáculo disfrutando del escenario y haciendo miles de fotos. El cielo sin apenas nubes y un sol digno de Málaga nos daban la bienvenida a una Laponia difícil de imaginar antes de emprender el viaje.
Cuando terminó el festín para los renos nos tocó el nuestro. El pastor sami nos ofreció unas mantas donde descansar sobre la nieve y se dispuso a ofrecernos nuestro «fica» -el pica pica de los samis de Laponia-. Sacó una pequeña sartén y empezó a freír carne de reno. Nos ofreció una especie de kebab con la carne de este animal que estaba delicioso. Junto a un café servido en una taza de madera nos contó el día a día de un pastor sami en la Laponia sueca en el siglo XXI. El sol brillaba, apenas hacía frío y el bocadillo de reno y la charla entraron de maravilla.
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Encontraréis más información sobre la zona en la página oficial | Laponia sueca
Menudo expectáculo!!
El mes pasado estube en suecia, es un pais exelente.
Gracias Pau!
Muy bueno, lo he compartido en el FB de YokmoK