La isla de Koh Lanta en Tailandia

Parada en una de las playas de Koh Lanta

La isla de Koh Lanta es una de los lugares más atractivos del mar de Andaman.

Sin llegar a tener el glamour de su vecina de menor tamaño, Koh Phi Phi, es sin embargo una alternativa perfecta para aquellos que quieran encontrar bonitas playas mucho más tranquilas y alojamiento a mejor precio que en Phi Phi.

A mí personalmente el ambiente me gustó mucho más tanto en 2003 -en mi primera visita a Lanta- como ahora. Eso sí, si lo que buscáis es fiesta vuestro lugar es Phi Phi.

Llegamos a Lanta saliendo desde Krabi en minivan. También podéis llegar directamente por ferry y ambos precios rondan los 350 B por persona. El trayecto lleva como unas 3 horas.

Reservamos alojamiento en la playa de Klong Khong y, aunque la primera impresión no fue la mejor debido a que llegamos con marea baja y estaba lleno de rocas, nos acabó gustando mucho.

En la isla es casi obligado alquilar una motocicleta y recorrerse las playas de la larga costa. El alquiler sale tan sólo por 200 B por 24 horas -motos con cambio automático- y el litro de gasolina está entre 40 y 45B pudiendo repostar en multitud de tiendecillas repartidas por la carretera.

Para que la gente se eche unas risas. En moto y con las gafas de bucear por los mosquitos que me comía conduciendo

Todas las playas bonitas quedan en el lado oeste de la isla aunque nosotros nos pasamos con la moto por la Old Town del lado este. La verdad es que pienso que lo mejor es que os ahorréis el viaje. La zona está muerta por la noche y aunque cenamos muy bien a mejor precio que en la zona de playas, no hay nada para ver.

No sabría qué playas recomendaros porque éso va en los gustos de cada uno. Nosotros nos recorrimos todas ellas y al final acabamos quedándonos como 7 días sin movernos de la nuestra. El activo principal de la playa de Klong Khong es su vida submarina pero hay varias de una belleza natural increíble. Aunque por la tarde la marea baja y el mar queda bastante lejos dejando tan sólo un tortuoso sendero de rocas, por el día el agua es muy limpia y las rocas albergan una gran cantidad de peces multicolores.

Nos dedicamos a una vida veraniega cien por cien. Nos levantábamos a las 9.30 o 10, desayunábamos tranquilamente, bajábamos con las gafas de bucear, libros y toallas a la playa hasta la hora de comer. Comidita, un poco más de playa, partidito de fútbol en la arena con una mezcla de tailandeses y extranjeros mientras se hundía el Sol en el mar, bañito y a ducharse para ir a cenar.

Nuestras cenas fueron siempre en el restaurante Sonya. No podéis ir a otro sitio si estáis en Klong Khong. Lo llevan unas chicas simpatiquísimas -hasta la niña de 4 añitos se paseaba repartiendo las Coca Colas y demás- de manera super relajada y la comida es la mejor que comimos en toda la isla. Probamos casi toda la carta y lo único que no nos gustó tanto fue la pasta a la carbonara.

Iberia Express

A parte de las magníficas playas, de Koh Lanta también nos llevamos una buena amistad con Marta, una chica de Sabadell que pasaba sus últimos días en tierras extranjeras trás su experiencia trabajando por 7 meses en Australia. Una tía genial que ahora debe andar por las calles de Sabadell preguntándose cuando cogerá de nuevo la mochila.

Cuando nos quisimos dar cuenta habíamos pasado 12 días en la isla de Koh Lanta. Yo no tenía ninguna prisa por marcharme de allí pero aún nos quedaba explorar Malasia y mi visado estaba apunto de agotarse, así que cogimos un ferry a la pequeña isla de Koh Mook -cercana a Lanta- y pasamos allí nuestro último par de días en nuestro periplo por Tailandia. ¡Pero éso os lo cuento en otro post!.

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