El primer día en Bukit Lawang decidí tomármelo con calma. En lugar de apuntarme al trekking en la jungla decidí posponerlo para el día siguiente. Andaba con unos problemas de estómago y me lo tomé con calma paseando por el río.
Aproveché también para visitar la Cueva de los Murciélagos. Se trata de unas cuevas en el interior que, como su nombre indican, están repletas de murciélagos.
Haz click para más info y llévate un 5% de descuento.
Desde el lado oeste del río existe un camino señalizado que parte desde el Ecolodge Bukit Lawang. El camino discurre por plantaciones de caucho y árboles durián.
Encontré la entrada de la cueva y había un puesto de control con un letrero de 5,000 rupias la entrada pero no había nadie. Llevaba el frontal conmigo así que me adentré en ella. Lo más bonito fue sin duda la aproximación a la cueva con enormes rocas y árboles de raíces centenarias. Deambulé un poco por el interior de la cueva pero no me interné demasiado.
A la vuelta saludé a un centro de ayuda de niños huérfanos que se encuentra en el mismo camino en dirección a la Cueva de los Murciélagos desde Bukit Lawang. Fue construido hace un par de años por una holandesa en ayuda a los niños huérfanos por culpa del desprendimiento de rocas que causó más de 200 muertos en Bukit Lawang en el 2003. Un local me explicó un poco el funcionamiento del centro. Les compré un souvenir para dar una donación. Verdaderamente los souvenires que tenía dejaban mucho que desear pero el propósito ya merecía la pena por si mismo.
Reserva tu viaje con las mejores herramientas por orden de prioridad:
Volví rodeando el río donde uno no se cansa de ver a los locales limpiando la ropa, a los chavales bañándose y bajando el río subidos a un neumático. En Bukit Lawang la vida transcurre en el río y no se esconden de sus privacidades.