Es habitual resumir la gastronomía belga a los mejillones, las patatas fritas y la cerveza. Un viaje a Flandes os hará descubrir a través de sus platos una cocina mucho más variada en un país que ha mirado más a sus vecinos franceses que a sus compañeros centro europeos. Digamos que en Flandes son capaces de buscar el toque sofisticado francés con la abundancia alemana y esa, sin duda alguna, es una combinación ganadora para muchos.
Haga buen tiempo o no, veréis en ciudades como Lovaina, Gante o Malinas los restaurantes bastante llenos. Si el sol acompaña las terrazas rebosan de buen ambiente y las cervezas proliferan junto con los platos típicos de la región. A los flamencos les gusta salir a almorzar o cenar en restaurantes y eso ayuda a la proliferación de establecimientos que juegan con la base tradicional culinaria así como toques de modernidad en los platos.
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Como todo el mundo sabe, las patatas fritas son un clásico belga que veréis de forma muy frecuente en Flandes solas o acompañadas por su segundo plato estrella: los mejillones. La diferencia de cómo se hacen las patatas fritas en Bélgica es que usan aceite vegetal o animal a 160 grados durante un rato, seguidamente las sacan para escurrir y luego las fríen una segunda vez. Eso produce que sean más crujientes.
Los mejillones, obviamente, es otro de los clásicos más reconocidos de Bélgica y Flandes por extensión. Habitualmente podremos escoger entre hechos al vapor o con salsa de vino blanco. La base principal es el apio y la cebolla. Asimismo, las ostras frescas van a la zaga de los mejillones y los veremos como entrantes en algunos menús y también en puestos callejeros como en el mercado de las flores que tiene lugar cada sábado y domingo en la plaza Kauter en Gante donde podréis disfrutar de unas buenas ostras acompañadas de cava.
Una vez examinados los clásicos belgas vayamos más allá y examinemos qué más podemos encontrar en la gastronomía de Flandes:
Los camarones: venidos del Mar del Norte acompañan mucho en las ensaladas y su presentación estrella es en forma de deliciosas croquetas. Si pedís unas garnal kroqueten seguro que no os vais a arrepentir.
Waterzooi: Es uno de los platos tradicionales más repetidos en todas las localidades de Flandes. Se trata de una sopa habitualmente de pescado aunque también existe la variedad con pollo. Acompañada con verduras como el puerro, la patata y el apio viene acompañada con nata, mejillones y pescado como el salmón o la dorada. Os recordara a una mezcla entre cocido sin garganzos y bullabesa pero el toque de la nata.
Las sopas: siguiendo con el waterzzoi conviene resaltar que en Flandes la sopa es fundamental en la dieta principal. Tal y como ocurre en España con el pan, en Flandes si no has comido sopa es que no has comido. La base principal de las sopas se compone de apio, puerro y patata.
La endivia: esta planta herbácea de toque amargo tiene mucha presencia en la cocina flamenca. Una de sus especialidades viene presentada con jamón y queso roquefort gratinado al horno. Una delicia.
Los espárragos: otra de las verduras más usadas en la gastronomía de Flandes. Los veremos habitualmente presentados en un plato cuyo título no ofrece dudas: asperges op zijn Vlaams (espárragos a la flamenca) y consiste en espárragos blancos, huevo duro triturado, mantequilla fundida y toque de perejil.
Carnes: Los estofados son muy habituales en Flandes (Stoofvlees) y generalmente las salsas vienen acompañadas de un chorrito de cerveza bien fermentada que le da un sabor más consistente. Entre las carnes habituales encontramos la ternera, el pollo, el cordero y también el conejo que veréis en muchos sitios acompañado con ciruelas (uno de los platos pobres durante la guerra que hoy en día se ha instaurado entre los clásico de Flandes).
El pan: con la influencia francesa y alemana el pan en Flandes ofrece la sotisficación gala y la variedad alemana con sus tonos oscuros, semillas, olivas, tomate seco y múltiples variedades. En todos los restaurantes os ofrecerán un plato de pan con mantequilla salada para empezar a tonificar vuestro estómago.
El queso: al igual que con el pan, en Flandes han sabido incorporar en su base culinaria la maestría francesa y la tradición holandesa. Veréis múltiples variedades de quesos especialmente en tiendas especializadas.
Waffels: Junto con las patatas y los mejillones seguramente es el tercero en discordia dentro de los clásico belgas. Sin duda, en este país saben hacer chocolate y de manera magistral lo definen en trufas, pralines, bombones, a la taza y obviamente también en forma de un estupendo waffel presentado con fresas generalmente procedentes de Andalucía. Si os pasáis por Gante un buen lugar para probarlos así como hacer un buen brunch es en el restaurante Agrea frente a la Catedral.
La cerveza merece una mención aparte por su gran variedad, calidad y siglos de historia que anteceden al buen hacer y práctica de los flamencos y belgas por extensión. Esta bebida se encuentra ligada al carácter y personalidad de este pueblo desde ya la Edad Media donde la gente bebía cerveza para no enfermar por el agua en mal estado.
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La veréis de todos los colores: blanca, dorada, ámbar, marrón, roja, negra… Existen miles de variedades y en cada destino que piséis en Flandes conviene preguntar por la cerveza autóctona del pueblo para disfrutarla en su lugar de procedencia. Por ejemplo, en Malinas encontraréis la cervecería Anker con su famosa Gouden Karolus, en Lovaina tenemos la AB (Anheuser-Busch) y en Gante la Kwak entre otras. Aunque la era de la globalización ha hecho mucho daño a las pequeñas cervecerías -Stella Artois por ejemplo ha ido adquiriendo muchas de ellas formando un sólido grupo reconocido a nivel mundial- todavía existen a nivel familiar especializadas en el elaborado proceso de la fermentación en busca de productos más específicos y generalmente más fuertes.
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A nivel general conviene saber que en restaurantes y bares no es conveniente ir directamente a la barra sino que debemos esperar a que nos indiquen el lugar donde sentarnos. Asimismo, es preciso tener en cuenta que la propina ya está incluida en los precios.
Hola Quique,
¡Qué recuerdos me ha traído tu artículo! Genial la descripción de la gastronomía en flandes, sobre todo me quedo con esas ollas de mejillones y por supuesto con sus quesos :)