Los motivos por los que puedes desear visitar Gran Canaria pueden ser muy variados. Suele figurar en primer lugar el clásico Sol y playa, al tratarse de un lugar privilegiado del mapa en el que sus más de 300 días de Sol anuales le confieren temperaturas agradables que no suelen quemar el cuerpo, pero sí calentar alma y corazón.
También los amantes del deporte y la naturaleza tienen cabida en Gran Canaria. Con más de un 40% de su superficie formada por verdes Parques Naturales protegidos, el visitante encontrará múltiples barrancos, senderos, bosques y actividades que le hará pensar que no puede ser verdad que se encuentre a escasos kilómetros de un sistema de dunas como el de Maspalomas.
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Todos ellos, juntos con los que busquen relax y salud en la multitud de Spas y centros de Wellness de Gran Canaria, tendrán algo en común: querrán comer bien.
La peculiar historia de Gran Canaria -y del resto de sus hermanas Afortunadas- hace que la gastronomía de la isla tenga influencias de distintas partes del Mundo.
Aunque la cocina de Gran Canaria encuentra su mayor fuente de inspiración en los platos provenientes de la Península, los canariones han absorbido también ideas y sabores sudamericanos dejados por los tripulantes de los buques que allí fondeaban, en su trayecto de ida o vuelta del Nuevo Mundo, siglos atrás. Los antiguos Guanches y los vecinos africanos también han contribuido a crear una variedad de platos capaces de saciar paladares de todo tipo y procedencia.
En todos los hoteles en los que comimos en nuestra visita a Gran Canaria nunca faltó un plato de papas arrugadas. Simple, barato y de gran sabor. Estas pequeñas patatas se hierven en agua con sal, manteniendo la piel. Sin embargo, el verdadero secreto reside en la salsa que les acompaña: el mojo picón.
Ya sea verde, rojo o naranja, el mojo está hecho a base de aceite de oliva, ajo, pimentón, y sal gorda, pudiendo añadir distintas especias según el resultado que busquemos. Ese regusto picante que deja en tu boca cada vez que comes una, te hace repetir.
Normalmente solía pedir las papas arrugadas como acompañamiento para cualquiera de los ricos pescados que comí. Las isla de Gran Canaria posee una gran diversidad de pescado de calidad. Lenguado, dorada y lubina fueron los que disfruté aquellos días.
Otra forma de desgustar pescado es la vieja sancochada. La «Vieja» es como popularmente se conoce al pez loro viejo, especie abundante en la isla. Un buen ejemplar puede llegar a medir medio metro de grande y suelen encontrarse en los fondos rocosos del litoral de Gran Canaria, ocultos entre las algas.
La vieja sancochada no es más que un estofado hecho con la Vieja, cebolla, pimiento, tomate, ajo, perejil y sal. No tiene más secreto que dar con el punto exacto de cocción, que dependerá del tamaño del pescado y la intensidad del fuego. Lo ideal es acompañar el plato de unas omnipresentes papas arrugadas.
Las buenísimas puntillitas de chipirón, las sardinas asadas a la parrilla en Sardinas del Norte -un pueblecito en la costa Norte de Gran Canaria- y un riquísimo marisco completa la oferta marina de la isla.
Aunque también puedes comer buena carne en Gran Canaria, la mayoría de ella proviene de la Península Ibérica o Sudamérica, siendo cabras, conejos o pollos las principales fuentes cárnicas autóctonas.
Debido al agradable clima de la isla, la producción de verduras y frutas es amplia y de gran calidad. En los buffets de desayuno pude encontrar sabrosos mangos, piñas, plátanos, aguacates, papaya y muchas más.
Las verduras se consumen principalmente como parte de sopas y caldos de gran sabor.
Para el postre tenemos una gran variedad de quesos de cabra donde elegir, pero la palma se la lleva el bienmesabe. Con ese nombre, hace imposible el no probarlo.
El bienmesabe es un postre típico de Tejeda -situado al Norte de Gran Canaria- que, se dice, ya existía, allá por el siglo XV, cuando el Mundo se recorría en barco o a pie, y quizás las cosas eran más simples. Está hecho de huevo, almendras ralladas, azúcar y limón rallado. El resultado final tiene una textura untuosa y granulosa y suele ser buen escudero de helados o flanes. Yo decidí ponerle un helado de vainilla a su vera, con el que resultó llevarse de maravilla.
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Una vez nos hemos tomado el postre, llega el turno del bajativo, o digestivo, según se prefiera. En este sentido yo no tengo ninguna duda de quedarme con el aromático y dulce ron miel canario.
Si quieres puedes matarlo con cola, limón o naranja -o incluso café-, pero, al contrario que otros rones más fuertes, el ron miel puede beberse on the rocks sin ningún problema. Recuerdo cuando vivía en Dublín con un buen amigo canario y le pedía que trajera provisiones cuando regresaba de su visita a casa. Pero cuidado que, aunque no lo parezca por su dulzura, ¡lleva alcohol como todos!.
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La gastronomía de Gran Canaria es una razón tan poderosa como cualquier otra para pasar unos buenos días recorriendo la isla a tu ritmo, disfrutando del aire puro, Sol, vistas de ensueño, verdes bosques…Y ése buen sabor en la mesa.
Buenas tardes Óscar,
Muchísimas gracias por tu aportación! No tuve tiempo de probar muchas más cosas en los pocos días que estuve por allá. Pero ya me has dado ideas para cuando regrese!.
Un saludo
Bueno,…no a estado mal pero creo que te has quedado corto en cuanto a la gastronomía general de Gran Canaria,…lo de las papas arrugadas,el bienmesabe y el ron miel esta bien pero tan bien hay buena carne del País (de cerdo o vaca) sin ser solo cabra o conejo….,no has comentado nada de nuestros buenos vinos y por supuesto hay algo mas que «la vieja» o dorada en nuestras aguas,la fruta por supuesto pero no has nombrado el gofio «Ahorén».. en lengua «Guanche».Bueno,un saludo y creo que falta mucho mas que decir sobre nuestra gastronomía.