Retratos de una ciudad, Quito a través de los rostros de sus habitantes

Mujeres quiteñas en la procesión de Santa Mariana, Quito, Ecuador
Mujeres quiteñas en la procesión de Santa Mariana, Quito, Ecuador

Si contamos desde su fundación por los conquistadores españoles, Quito cuenta con casi 500 años de existencia a sus espaldas. En ese medio milenio, en la ciudad se han erigido algunas de las más bellas edificaciones de la América colonial, lo que llevó a la UNESCO a proclamarla como primer Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1978, junto con Cracovia.

Pero a una ciudad no sólo la definen sus edificios sino también la gente que los habita, pasea por sus calles y, en definitiva, le da vida a las piedras. Gente como la que he fotografiado en Quito, gente como estos seis quiteños que os presento a continuación.

Limpias y hierbas, la sanación tradicional

Enma Lagla, Sanadora con Hierbas, Quito, Ecuador
Enma Lagla, Sanadora con Hierbas, Quito, Ecuador

El uso de plantas para curar enfermedades y lesiones es tan antiguo como el primer dolor que sufrió un homínido. En Ecuador se combinan desde tiempos remotos las propiedades de determinadas hierbas con el ritual de las “límpias”. Estas se basan en la creencia de que las malas energías provocan reacciones físicas negativas e incluso mala suerte y por ello deben eliminarse del cuerpo, deben “limpiarse”.

Enma Lagla, que aunque nadie lo diría roza ya los sesenta años, lleva dos décadas de su vida dedicada a limpiar (energéticamente) y sanar (con mezclas de hierbas) a quienes acuden a su tienda, a un paso de la Plaza Grande de Quito. Ella es la cuarta generación de la familia que, asegura, tiene el don especial que les permite aliviar las dolencias causadas por las malas energías.

A la presidenta de la Asociación Guardianes del Patrimonio la puedes encontrar rodeada de plantas y hierbas, con imagenes religiosas en las estanterías, en un pequeño local de la calle Rocafuerte. Si te acercas por allí, te puede contar su historia, y las historias de las plantas, previo pago de un pequeño donativo.

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Devoción religiosa, el pueblo y la cruz

Virgen Alada en Procesión Santa Marianita de Jesús, Quito, Ecuador
Virgen Alada en Procesión Santa Marianita de Jesús, Quito, Ecuador

El centro histórico de Quito cuenta con unos 130 inmuebles con algún grado de monumentalidad y la mayor parte de ellos tienen un pasado o un presente de uso religioso. Abundan en Quito las iglesias y siempre hay fieles que las llenan, manifestando su preferencia hacia uno u otro santo.

Uno de los miradores más conocidos de Quito está enclavado en la colina conocida como “El Panecillo”. Los 3000m de altitud a los que se encuentra su cumbre se prolongan de manera artificial con los 30m de una escultura gigante de aluminio. Representa a la Virgen de Quito y es una réplica, donde 1 metro sustituye a 1 centímetro, de la obra del siglo XVIII de Bernardo de Legarda considerada obra cumbre del Barroco Quiteño.

La joven de la fotografía encarna a esa misma virgen alada y forma parte del coro de vírgenes que participan en la muy querida procesión de Santa Mariana de Jesús (o Santa Marianita como se la conoce cariñosamente). Cada 24 de Mayo circula por las calles del centro de la ciudad, en un espectáculo de color y devoción.

El sacrificio de adorar a Cristo

Monje franciscano, Convento San Francisco, Quito, Ecuador
Monje franciscano, Convento San Francisco, Quito, Ecuador

Las principales atracciones turísticas de Quito son obras de arte religioso, ya sea por los objetos en exhibición o por el edificio en que se encuentran. El Museo del Convento de San Francisco es uno de los tres elementos que se pueden visitar de esa congregación en el centro de Quito. Siendo el segundo la Iglesia, el primero es tan abierto como lo que uno puede esperar: es la Plaza de San Francisco.

Entre los tres suman la cifra de 3 hectáreas en el corazón de la ciudad. Pero las llamadas a la vocación religiosa son un número que decrece con el paso del tiempo y hoy apenas quedan 35 franciscanos en la congregación del convento.

Este que camina apurado por los soportales del patio del Convento, es uno de esos pocos religiosos.

El delicado trabajo del artesano

Germán Campos Alarcón, Orfebre, Quito, Ecuador
Germán Campos Alarcón, Orfebre, Quito, Ecuador
Siguiendo los pasos de su abuelo Fernando Campos (que lo ejercía en la provincia de Chimborazo) y su padre (que se mudó a Quito), a los 15 años Germán Campos Alarcón se inicia en el mundo de los trabajos de orfebrería. En su taller, en la Casa 989 de La Ronda (casa y calle dedicada por el Ayuntamiento de Quito a los artesanos tradicionales), se le puede visitar mientras realiza obras de arte colonial y religioso.

Para el proceso que culminará adornando un santo, una pared, o el cuello de una mujer, Germán dibuja primero el patrón del diseño a realizar sobre un folio. De allí lo traslada con paciencia al papel carbón que superpone a la lámina de oro, plata o bronce de la qe estará hecha la pieza.

El tablero de trabajo es una pieza de brea que calienta con un soplete para incrustar en ella la lámina. Usando sus herramientas (un martillo que le regalaron de Suiza, clavos de distintos tamaños cuyas puntas modifica él mismo), golpeará con precisión durante cientos y miles de veces la pieza usando la técnica del repujado en metales de la escuela quiteña.

La tradición más dulce, las colaciones

Luis Banda Smith, artesano de Colaciones, Dulces Tradicionales, Quito, Ecuador
Luis Banda Smith, artesano de Colaciones, Dulces Tradicionales, Quito, Ecuador

Luis Banda Smith es artesano por tradición familiar, pero en una variante efímera aunque deliciosa. Hace 100 años su abuela abrió un negocio en Quito donde se vendían Colaciones, un delicioso dulce relleno de cacahuete, nuez o anís (y que provoca un casi instantáneo subidón de azúcar al ingerir dos o tres seguidos) y hoy es este representante de la tercera generación el que trabaja a mano y sin apoyo mecánico alguno creando estas perlas de sabor.

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Paseando bien temprano por los aledaños del Centro Histórico de Quito, entre las calles Bolívar y Chimborazo, puedes encontrar una ventana abierta al local de Luis. Colgando mediante cuerdas de un viejo madero, una paila (un recipiente ancho, bien abierto y poco profundo) de cobre es la plataforma donde crea este maestro su sencillo arte repostero al calor del fuego.

Los cacahuetes se mueven acompasadamente, con el mecer de la paila, y lentamente se van recubriendo de capa tras capa de almíbar, hasta obtener una forma granulada y el color de un copo de nieve. Visitar Quito y no comprar varias bolsitas de colaciones, a sólo 1,25 $ la unidad, para regalar y para degustar, es un pecado contra el paladar.

Devolver la gloria a las imágenes sagradas

Edwin Muñoz, artesano del Retoque, Quito, Ecuador
Edwin Muñoz, artesano del Retoque, Quito, Ecuador

En el diccionario quiteño, retocar es el equivalente a lo que la RAE llamaría restaurar. En el día a día quiteño, la religión es tan importante o más que los asuntos mundanos. No sólo en las iglesias se venera a los santos, también se hace en la intimidad de los hogares a figuras que a veces han sobrevivido a quien las llevó a casa.

Pero tanto en los templos como en las casas, las figuras están sujetas a desgaste por el uso (como puede ocurrir cuando cada día se las acaricia al pedir algo), por la humedad, accidentes, etc. Es entonces cuando entra en juego la figura del retocador.

Al Señor Muñoz le es indispensable el uso de una máscara mientras trabaja, por eso en la fotografía quien aparece en primer plano es un amigo suyo. Él me muestra dos imágenes que llegaron al taller con evidentes signos de deterioro, una de ellas parecía haber sufrido el humo de miles de velas que, aunque parezca imposible, la acabó tiznando de esa manera tras años expuesta a ellas.

Con dedicación y esmero, Muñoz las devolverá a su gloria original y volverán a ser objeto de cariño y devoción, en alguna iglesia o en alguna casa. Él seguirá trabajando en su taller, a sólo unos metros cuesta abajo de la tienda de colaciones de Luis Banda Smith.

Por cierto, corre el rumor de que la aplicación de una pasta especial que usan los retocadores puede provocar el cierre de heridas abiertas. Así que no es raro encontrarse con que estos artesanos también ejercen de sanitarios.

Quito y sus gentes pueden ser una sorpresa constante en cada calle, en cada esquina. El Centro Histórico de Quito es un tangible Patrimonio Cultural de la Humanidad y atractivo turístico pero la gente que pasea, trabaja y vive en él es un verdadero tesoro.


Más información

Este es el Centro Histórico de Quito en Google Maps, para que te puedas orientar a la hora de buscar a los quiteños que aparecen en el artículo:

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Este artículo no hubiera sido posible sin la colaboración de Turismo de Quito, el organismo de promoción turística de la capital de Ecuador, a los que agradezco de corazón sus gestiones y ayuda. Los puedes seguir en Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y Flickr.

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