Ven a El Malaín y sírvete tú mismo: una finca en la que eliges en el árbol la fruta que compras

“Hijo, tengo que decirte algo…” (pausa dramática) “…los arándanos no se fabrican en los supermercados”. ¿Suena exagerado? Tal vez menos que la realidad en que muchos niños no han visto en su vida una vaca como la que produce la leche que ellos beben. Ni la leche se fabrica en el almacén del supermercado ni hay una cadena de fabricación de arándanos en la trastienda. Si estás de vacaciones en familia en Asturias, vete a la finca El Malaín y que ellos vean los frutos en sus plantas, los recojan y se los coman en casa.

La finca el Malaín es una frutería donde el techo es el cielo, las paredes son el campo y las bandejas de plástico con frutas son, bueno, bandejas de plástico con frutas. Pero sólo después de que uno mismo elija las que quiere, pudiendo probar alguna sin abusar, y las guarde en ellas.

Los niños a los que vi hacerlo estaban encantados con la actividad de recoger arándanos y moras y se lo tomaban, como otras tantas cosas en esa etapa de la vida, como un juego.

Aunque, si nos paramos a pensarlo, ¿a quién, tenga la edad que tenga, no le gusta pasear entre poblados arbustos y recoger con sus manos las bayas más apetecibles? Y sin cargo de conciencia por hacerlo en la finca de un vecino, pues sabemos que al final las pagaremos, y más baratas y naturales que en un supermercado.

El “funcionamiento” de la finca para el visitante, el consumidor, es muy sencillo. Después de superada la preocupación de pasarnos el cruce correcto (se encuentra en la antigua carretera entre Gijón y Villaviciosa, N-632 + AS-256, y hay que tomar dos desvíos desde ella), dejamos el coche en el aparcamiento, que se puede llenar un fin de semana de buen tiempo.

A pocos metros, nos acercamos a una pequeña construcción anexa al edifico principal de la casa y allí será Marta, al menos en la tarde en que fui yo, la que nos dará las instrucciones y el equipo, las cajitas de plástico donde ir poniendo las bayas y frutas que queramos llevarnos.

Aunque hay gente que se trae auténticas cestas de picnic de casa, en el Malaín te proveen de cajas en las que llevar los envases de plástico (que también te dan ellos), más de uno si quieres separar las frutas y bayas, y que son los que llenas y pagas al final. Las instrucciones, porque no hay nada estandarizado, suelen ser cuales de las frutas y bayas están más maduras y dónde encontrar los mejores ejemplares.

Como todo en la Naturaleza tiene su temporada, menos los árboles perennes que nunca se desnudan de hojas, esto es lo que nos podemos encontrar de Junio a Septiembre: Arándanos (del 15 de Junio al 10 de Agosto), Frambuesa (Junio, Julio y Septiembre), Grosella roja y negra (Julio), Mora (del 15 de Julio al 31 de Septiembre), Guindas (Julio) y Manzana de mesa (Agosto y Septiembre).

No soy un experto, así que no os puedo decir la precisión de esas fechas pues el tiempo (cómo hayan sido de cálidas o lluviosas las semanas anteriores) supongo que puede influir en ellas.

Armado con tu caja, o con tu envase, vas recorriendo los pasillos entre los arbustos, que están señalizados con un cartel que indica el tipo de producto que encontramos en ellos. Como en mi caso no puedo presumir de diferenciarlos perfectamente, más allá de no confundir una manzana con una mora, es una ayuda bienvenida.

La finca es relativamente grande (unas 2,5 hectáreas) y se puede pasear despacio por ella sin que nadie te moleste, aunque cierran a las 8 de la tarde en verano. Os aseguro que el tiempo pasa volando rodeado de tanto verde y tranquilidad, pues la carretera más cercana tiene un tráfico testimonial.

Si vas con niños, hay una zona de juegos que incluye un par de porterías, una pequeña casa en un árbol donde las paredes son el tronco y suficiente prao como para tenerlos entretenidos cuando hayan acabado de recoger frutas. Los padres tienen también bancos donde sentarse y charlar a la sombra, que es fácil olvidar que el sol de Asturias también puede quemar.

Antes de irse, toca pasar por el mismo sitio donde nos dieron los envases de plástico para pagar cada uno que hayamos llenado a un precio mucho más bajo que en un supermercado, sólo 2 Eur. También tienen allí mismo una tienda de productos elaborados con las bayas y frutas de la finca, como mermeladas, zumos y licores.

El último capricho que yo me di, y que recomiendo, es comprar allí mismo un helado casero de frambuesa o arándano, que sólo cuesta 1,50 Eur. Sentaos en el banco que hay fuera, dejad que el sol os acaricie la nuca y saboreadlo sin prisa.