El mejor recuerdo que tengo de mis viajes por Cantabria me lo ofreció un lugar que desconocía por completo antes de pisar la cornisa cantábrica. Y curiosamente este lugar no se encuentra a ras de suelo en la costa Altántica ni a vista de pájaro entre las montañas nevadas de los Picos de Europa. Más bien se encuentra bajo el suelo. Estoy hablando de la espectacular cueva del Soplao.
¿Sabías que sólo en la región de Cantabria existen más de 6000 cuevas? Nueve de ellas forman parte del Patrimonio de la Humanidad por la Unesco debido a su incalculable valor arqueológico como la famosa cueva de Altamira o la del Castillo. Otras son un auténtico prodigio de la naturaleza que os dejará con la boca abierta un buen rato como la cueva que nos concierne en este artículo: la cueva del Soplao.
Después de visitar esta maravilla subterránea me repito en lo mismo: la naturaleza sabe más de arte que todos los arquitectos, pintores, escritores, poetas y escultores de la historia juntos. Las irreales e imposibles formaciones creadas en su interior la hacen, a mi parecer, el gran tapado del turismo en España y me sorprende -a pesar de su reciente descubrimiento- que las cuevas no aparezcan ya en algún listado de las mejores atracciones turísticas del país.
La cueva del Soplao se encuentra en una sierra con vistas privilegiadas a la peña de Peñasacra, los picos de Europa, el valle del Nansa y el Mar Cantábrico. Desafortunadamente visitamos el lugar en un día lluvioso y las nubes nos impidieron disfrutar del paisaje que circunda las cuevas.
Antiguamente la cueva del Soplao ofrecía trabajo a los mineros de la zona gracias a su riqueza en zinc y plomo. Un buen día, allá por los años setenta, los mineros investigaron una zona donde parecían existir corrientes de aire -soplaos- y excavando hallaron esta maravilla de la naturaleza. La cueva no se ha abierto al público hasta el 2005.
La cueva del Soplao es enorme y cuenta con más de 17 kilómetros. Existen dos modalidades de visita:
- La visita convencional recorre con un guía el interior de la cueva a través de una extensión de poco más de un kilómetro y sale por 12 euros por persona y 9.5 euros los chavales. Suficiente para hacernos una idea de la magnitud de la cueva y sus filigranas naturales que se desprenden de sus paredes.
- La visita de turismo y aventura está enfocada a los más atrevidos y consiste en ponerte un traje de buzo, un casco y recorrer durante dos horas y media el interior de la cueva y las zonas menos visitadas. El equipamiento lo proporcionan en la misma cueva y sale por 32 euros por persona.
Antes de llegar a la cueva existe una reproducción de un tren minero de principios de siglo que nos adentra en las profundidades del Soplao. Un buen acierto turístico que nos transporta a las aventuras de Indiana Jones y su Templo Maldito. Y de esta manera, con las emociones a flor de piel, nos entregamos en la aventura de penetrar en las entrañas de la gran cueva.
Una vez en su interior os veréis envueltos en un autentico paraíso natural subterráneo formado por impresionantes figuras dignas del mejor orfebre de la corte. Un conjunto de falsos techos, estalagmitas, estalactitas, aragonitas y excéntricas decoran el barroco techo del interior de la cueva. La ley de la gravedad parece haber obviado este mágico lugar donde las formaciones van describiendo imposibles formas para sorprender al atónito visitante. La iluminación en el interior está bien lograda y disfrutaréis de preciosos juego de luces, sombras y sensaciones.
En el interior de la cueva del Soplao existe una gran cantidad de bicarbonato cálcico que ofrece un paisaje puro con figuras de porcelana. Uno le da rienda suelta a su imaginación y se descubre a sí mismo ante los resultados de una gran avalancha de nieve sepultando el interior de la tierra o buceando en un auténtico mar de coral en las profundidades del mundo.
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Uno de los lugares más sorprendentes de la cueva es la llamada galería de los fantasmas que cuenta con más de 30 metros de largo y zonas de hasta un máximo de 35 metros de anchura. Su nombre se debe a las grandes estalagmitas blancas cuya presencia asemeja a la figura de unos fantasmas. Asimismo, en la misma galería de los fantasmas existe un lago donde sorprende ver el reflejo del techo de la cueva con sus curiosas formaciones.
Sobra decir que si visitas Cantabria y no vas a la cueva del Soplao te estás perdiendo una de las maravillas subterráneas más bonitas del mundo.
Datos Prácticos
Horarios:
Enero, Febrero, Marzo, Noviembre, Diciembre: De 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 17:00. Los lunes cerrado.
Abril, Mayo, Junio y Octubre: De 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00. Los lunes cerrado.
Julio: De 10:00 a 19:00 todos los días.
Agosto: De 10:00 a 21:00 todos los días.
Septiembre: De 10:00 a 14:00 y de 15:00 a 18:00 todos los días.
Tarifas:
Adultos: 12 euros
Estudiantes, jubilados, pensionistas, grupos a partir de 20 personas y discapacitados: 9,5 euros por persona.
Ubicación:
Más información en la página oficial: La Cueva del Soplao
Exacto Sandra! Cabarceno está muy bien pero así ya tienes una excusa para volver! :)
Cada vez que oigo (o leo) sobre estas cuevas me da una pena… Porque nosotros estuvimos en Cantabria el verano pasado y tuvimos que elegir por falta de tiempo entre éstas y el Parque Natural de Cabárceno y nos quedamos con el parque. Que nos encantó, la verdad, pero se me quedó una espinita por no poder conocer las cuevas.
Bueno, hay que mirar el lado positivo a las cosas, así ya tengo la excusa perfecta para volver a Cantabria. ;-)
¡Un saludo!
Gracias Santa Biologia! sin duda, hay muchos rincones que por sí mismos darían mucho mas que hablar con un buen marketing turístico detrás! Me apunto esas cuevas leonesas!
Estupenda entrada. Algo parecido pasa con las cuevas de Valporquero, en la montaña central leonesa. Unas impresionantes cuevas que todavía tienen muchas galerías por descubrir. Referencia de espeleólogos a nivel mundial pero gran desconocidas para el turismo, no ya solo nacional sino regional.
Un saludo, te sigo en twiter
Las cuevas de Cantabria son una cosa fascinante. Acabo de estar por segunda vez en Puente Viesgo y esta oportunidad ya no paramos hasta la cueva El Castillo (también hay otra que se llama Las Monedas) y fue una experiencia alucinante, si por momentos caminando por todo ese laberinto subterráneo uno creía que Gaudía se había escapado por allí también a hacer algunas obras. Un gran abrazo Quique.