Una de las razones por las que probablemente volveré a viajar a Marruecos es, sin lugar a dudas, por su espectacular gastronomía.
Más que los platos elaborados en la cocina, la sencillez me roba el corazón y en los recipientes de barro en el que se cuece el tajine -cuyo nombre viene del mismo recipiente donde se cocina- se encuentra el secreto y la paciencia que sorprende al paladar.
Existe todo tipo de tajines siendo el de cordero el más habitual. De todas maneras, lo podremos encontrar de verduras, de pollo, de sardinas o ternera. El punto común entre ellos es la manera de cocinarlo: se fríen y se cocinan estofados con su sofrito de ingredientes mediterráneos y sus especias a fuego lento en el mismo tajine. El sabor a veces también se mezcla con gustos salados y dulces como los frutos secos, la miel o las ciruelas.
No es necesario ir a un buen restaurante para comer bien en Marruecos. Nosotros comimos de maravilla a pie de carretera y en cualquier bar local acompañados de un delicioso té a la menta.
Al final del viaje decidimos visitar un restaurante recomendado en la guía de mejor calidad y la única diferencia que encontramos fue el envoltorio y el precio final. Comeréis bien en muchos lugares en Marruecos y, verdaderamente, después de recordar las delicias culinarias de Marruecos en este post me está entrando un hambre feroz capaz de hacerme salir a la calle y buscar un buen restaurante marroquí de la ciudad!