
Octocópteros en Google Images
Hubo un tiempo en que las tomas aéreas y la grabación en alta definición estaban sólo al alcance de empresas con bolsillos bien llenos. Ese tiempo fue ayer. Como os comentaba en un post de Noviembre sobre cámaras de fotografía y vídeo para deportes, la nueva dimensión a la que estas se asomaban era la tercera, con productos como el octocóptero, la evolución 2.0 del helicóptero monorotor.
Si eres aficionado a la fotografía o el vídeo, la posibilidad de realizar tomas aéreas de un paisaje, evento o ciudad por muy poco dinero, abre (casi) infinitas posibilidades para los que nos asomamos a un destino y queremos contarlo y describirlo, como los vídeos de Madrid y Barcelona que aparecen en este post. Los vuelos en avioneta o helicóptero, tan costosos, quedan ahora limitados a altitudes o zonas en las que el uso de un octocóptero o similar está desaconsejado.
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Un octocóptero es una plataforma aérea teledirigida que cuenta con ocho hélices, situadas en horizontal en el mismo plano, y rodeando al aparato, con las que se sustenta. En el centro de la misma, bajo el motor se habilita una zona de donde cuelga o se instala una cámara de fotos o de vídeo (que con el accesorio adecuado puede girarse independientemente del movimiento del octocóptero).
El operador, con un mando de radiocontrol, hace volar el aparato mientras en algunos modelos una pantalla permite observar en tiempo real desde el suelo lo que se está grabando desde el aire.
La capacidad de giro, maniobra y, sobre todo, estabilidad y suavidad en la acción, es lo que hacen de estos gadgets un aliado de los que trabajan en el mundo de la imagen. Y con su popularización, y los precios bajos en la gama más amateur, han llegado los vídeos de aficionados que suponen invertir hoy una fracción de lo que hubieran costado hace unos años con medios más caros.
Este clip del festival del Burning Man del año pasado que va camino de los dos millones de visitas, es un claro ejemplo.
Eddie Codel, su autor, pudo haber desembolsado menos de 800 euros para conseguir el equipo necesario para grabar estas imágenes aéreas del famoso festival alternativo en el desierto. Usó una cámara GoPro Hero 3 (unos 200 Eur según una sencilla búsqueda en Google), un cuadracóptero DJI Phantom (unos 345 Eur en Amazon), y un estabilizador ARRIS CM2000 (186 Eur) con eje motorizado que permite la rotación independiente de la cámara.
Como nos contaban en un extenso reportaje en la revista Yorokobu, sólo hay dos pegas (la tercera, la económica, casi ha desaparecido) para usar este tipo de aparatos en público, una legal y otra humana.
En España la legislación contempla dentro de la categoría de aeromodelos los que vuelan con fines de recreo y a una cota no superior a los 300 metros pero si se hace para uso profesional, son aeronaves. Legalmente, porque la normativa de otro siglo (a la espera de una próxima actualización vía Real Decreto) así lo especifica, necesitarían autorización de la AESA (Agencia Estatal de Seguridad Aérea), que sólo puede concederlas para vuelos de desarrollo o puntuales, pero no para una filmación o apagar un incendio, que serían ilegales.
Se pueden encontrar aparatos de múltiples rotores en grandes superficies, centros comerciales y empresas de venta a distancia, pero no son juguetes. Si debido a un operador poco experimentado, o a que el modelo sufra una avería, uno de estos aparatos cae al suelo e impacta contra bienes o personas, va a ser muy difícil que ningún seguro cubra las posibles repercusiones, médicas, administrativas o penales, de las consecuencias del accidente, como el de este vídeo.
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Paracaídas, sistemas redundantes, baterías de reserva o, sobre todo, que el operador haya practicado muchas horas en un entorno seguro, son las principales recomendaciones para evitar que una experiencia divertida (y profesional), se tuerza por el azar.
Cuando veo las grabaciones realizadas por aficionados usando octocópteros, a mí me entran ganas de empezar a ahorrar para una cámara que grabe en HD y uno de estos aparatos de múltiples hélices, ¿a vosotros no?
Fuente | Yorokobu
TFW
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Cual seria el mejor dron y camara termografica economicos con el fin de encontrar objetos enterrados minas restos arqueologicos oquedades etc.
Gracias saludos
ESTOY DE ACUERDO ESTOS APARATOS SON EL FUTURO IGUAL QUE LOS CELULARES.
Está bien mencionar estos asuntos legales y de seguridad ahora que parece que esto de los drones es lo más.
Por otro lado pienso que en general, al menos en los vídeos que yo he visto, la técnica prevalece sobre la idea, y se nota «demasiado» que las tomas se realizaron con hexacópteros (decapódos o como se llamen) y la historia queda en segundo lugar.
Saludos!
Muy buen artículo. Sobre todo el hacer mención a que todo actividad comercial desarrollada con estos aparatos ha sido declarada ilegal en España (hasta hace poco era alegal). Y con esto hay que tener mucho cuidado. Y con el hecho de que un accidente, por otra parte algo muy habitual, pueda herir a alguien.
He tenido la suerte de probar cómo opera un Aibot X6, un hexacóptero para usos profesionales y desde luego que no es ningún juguete. Partiendo de su precio prohibitivo, su alcance, la carga que puede portar y los sistemas de GPS, navegación y Waypoint programables que hay que saber controlar. Eso sí, los resultados para fotografía aérea y vídeo son increibles. Un mundo en el que como siempre la legislación va por detrás de la realidad de una sociedad que avanza muuuuy rápido.
Saludos