Construir una casa con materiales que encuentres en el propio terreno parece hoy un capricho o un ideal, según a quién se lo preguntes.
En Las Hurdes ha sido durante siglos cuestión de supervivencia, la única manera de tener un techo sobre la cabeza de los hurdanos.
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De esa necesidad básica e inaplazable, nacieron las tradicionales casas de pizarra que hoy son otro atractivo turístico de esta agreste comarca.
Las Hurdes han conspirado contra el Hombre desde que nuestros antepasados comenzaron a habitar estas tierras en la Edad de Bronce.
Superada la etapa de vivir al raso o con elementos vegetales, las técnicas de construcción tuvieron que improvisarse sobre lo que había más a mano: pizarra y piedras.
Tras la despoblación del alto medievo, la repoblación que llevó a cabo Alfonso XII trajo a estas tierras a emigrantes de origen asturiano o astur-leonés, lo que explicaría ciertas similitudes entre la lengua asturiana y la jurdana.
Había que meter en ella lo que cupiera, incluyendo animales, y hacer que protegiera de las inclemencias del tiempo.
Además, hubo que adaptarse a pendientes e inclinaciones, por lo que se favorecían las formas circulares, antes que rectangulares, a la hora de construir las casas.
Las primeras casas tradicionales de las Hurdes se levantaron, poco, del suelo, piedra a piedra, pizarra a pizarra, sin ningún tipo de argamasa entre ellas.
“(…) este tipo de construcción popular (…), constituye uno de los tipos más primitivos de vivienda peninsular, propio de pueblos y culturas pastoriles cuya forma de vida puede justificar la precariedad de estas construcciones y su facilidad de edificación (…)”.
Francisco Javier Pizarro Gómez, Doctor en Historia del Arte
La altura era escasa y variaba de la fachada a la parte trasera, al estar construidas muchas veces en la ladera inclinada de una montaña.
Los muros debían ser gruesos puesto que la estabilidad de la construcción, incluyendo su tejado, dependía más del equilibrio y el peso que de la resistencia de unos materiales que estaban encajados por fuerza y no por un equivalente al cemento o una simple argamasa.
El tejado era también de pizarra, un material más abundante que los de origen vegetal que fueran suficientemente impermeables.
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Hay que hacer notar que en Las Hurdes el cielo descarga anualmente más de 1.200 mm de precipitaciones, lo que ha dado lugar a esta popular comparación hurdana sobre dónde llueve más:
“Los tres originales del cielo:
Santiago de Galicia
y las Asturias de Oviedo,
y en la tierra de Las Hurdes,
El Casar de Palomero.”
Y doy fe:
Esa misma necesidad de evitar elementos que fueran problemáticos para la estructura, motiva que las primitivas casas tradicionales de Las Hurdes no tengan mayor apertura al exterior que una pequeña puerta de acceso.
La ventilación y la escasa luz llegan al interior a través de la corriente que se filtre entre las piedras, por donde salen también los humos de la chimenea (aunque en algunos casos una piedra del tejado, llamada humero, se podía desplazar para facilitar la salida de los mismos).
Habitualmente, la primera estancia se dedicaba a guarecer los animales que se tuvieran. A través de ella, a veces separada por un tabique, se llega a la estancia para los humanos, un lugar que ejercía de cocina, comedor y dormitorio.
Es fácil imaginarse un interior en semipenumbra durante el día, cuando se atiende a las obligaciones del campo, donde el campesino ha creado bancales (gavías) en inclinadas laderas de las montañas. Agricultura magra, pastoreo de pequeños animales y el regalo de las abejas iban a ser sus principales fuentes de sustento.
“El que en estas tierras quiera progresá, con cabras y cormenas tieni que tratá”
Dicho Hurdano
Las casas se construyen cuando crece la familia, cuando aumentan los recursos o cuando un mozo contrae matrimonio. En este último caso era frecuente que el pueblo ayudara a levantar la morada de los recién casados. La ayuda y la cohesión del grupo eran imprescindibles para sobrevivir.
Cambian los tiempos, mejora la economía, la subsistencia ya no es tan precaria, se hacen más eficientes las comunicaciones. Le quedan pocas décadas al siglo XX y son tiempos modernos. La arquitectura en las Hurdes, cambia.
Las casas de ladrillo se hacen más numerosas, las fachadas ya no son del color de la piedra con que se construía antes y las tejas se ven por doquier. Como en tantas partes antes, y después, cuando aumentan los ingresos hay que romper con unas formas asociadas a tiempos de pobreza y la arquitectura tradicional empieza a decaer.
Con honrosas y comprometidas excepciones, hoy en día la arquitectura tradicional hurdana ya no es tan frecuente como antes, pero aún así existe una serie de núcleos de población (aquí llamados alquerías) en la que podemos contemplarla.
Se encuentran en variado estado de conservación, algunas casas se usan como segunda vivienda, otras se han restaurado y algunas han sobrevivido al abandono merced a ser usadas como establo.
Dónde ver las mejores casas tradicionales de pizarra de Las Hurdes
De Sur a Norte de la Comarca de las Hurdes, estas son las alquerías en que mejor se conservan las casas tradicionales de las Hurdes, o, al menos, quedan ejemplos que apreciar en un paseo.
Ovejuela, Avellanar, Fragosa, El Gasco (en la parte alta del pueblo, ya no están habitadas y se usan como almacenes), Martilandrán, Asegur, Aceitunilla (imprescindible tomarse un vino en el bar de la alquería), Riomalo de Arriba (semi-abandonado, probablemente las casas más auténticas pero no las mejor conservadas), Ladrillar.
Haz click en la imagen para ver el mapa en Google Maps:
Para conocer mejor una casa hurdana tradicional, podéis acercaros al Centro de Interpretación de la Casa Hurdana en El Gasco (Ñumoral), aunque la recreación presupone un estatus económico medio-alto de la familia que la hubiera podido habitar.
Os recomiendo confirmar horas de apertura – es bajo cita – contactando previamente con el Ayuntamiento de Nuñomoral.
Existen dos Oficinas de Turismo en la Comarca de las Hurdes, en Caminomorisco y en Casares de Hurdes:
Oficina de Turismo de Caminomorisco
Avda. Rocandelario S/N (Casa de Cultura)
Abierto: Miércoles a Domingo de 10:00 a 14:00h y de 16:30 a 19:30h
Cerrado: Lunes y Martes
Teléfono: 927 43 52 12
Oficina de Turismo de Casares de Hurdes
Plaza Lindón S/N (Ayuntamiento)
Abierto: Miércoles, Viernes y Sábado de 10:00 a 14:30h y de 15:30 a 18:30h
Domingos y Festivos de 10:00 a 14:00h
Cerrado: Lunes, Martes y Jueves
Teléfono: 927 67 61 91
Bibliografía
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Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, “La casa típica en la Comarca de Las Hurdes”, “Consideraciones en torno a la vivienda tradicional de Las Hurdes”