Desde la parada de taxis y rickshaws, enfrente de Hawa Beach, casi hasta el faro, en el extremo de Lighthouse Beach, el noventa por ciento de los establecimientos que veréis son o restaurantes o bien hoteles. Hay variedad para todos los gustos y bolsillos, desde el que viene con los euros contados y no le importa no estar en primera línea de playa, hasta el turista alemán o inglés que viene tras haber contratado en una agencia vuelo + alojamiento + tratamiento ayurvédico. Incluso hasta aquí ha llegado el WiFi, como el del Seaface Hotel, (2000 rupias la habitación más barata en temporada baja) que, aunque protegido con contraseña, se capta levemente desde mi habitación (aunque por 40 rupias la hora uno se puede conectar a Internet, incluso con Wifi, en un pequeño ciber/locutorio hacia el final del paseo paralelo a la playa).
Si llegáis relativamente frescos y a una hora decente, no hay problema en preguntar, y negociar, en los que más os gusten.
En mi caso, yo llegué a Kovalam a las seis de la mañana, después de dos vuelos de un total de casi trece horas y no haber dormido desde el sábado, tumbado en unos asientos en la Terminal 3 del aeropuerto de Heathrow. Mi idea era desayunar tranquilamente y luego buscar alojamiento, pero a esa hora aún no estaba abierto ni un sólo sitio donde poderme tomar un chai. Aún discutía con el conductor de mi trickshaw, con el que habia acordado un precio de 140 rupias por el viaje desde el aeropuerto y que decía no tener cambio de 150, cuando se nos acercó otro hombre a preguntar si tenía ya alojamiento. Tras resolver el tema del cambio, cuando el conductor encontró mágicamente un billete de 10 rupias en uno de sus bolsillos, éste personaje dijo que tenía varios hoteles y que cual era mi presupuesto. Bromeando, le dije que no iba precisamente de traje y corbata, sino de botas y pantalón de trekking así que buscaba algo barato.
Haz click para más info y llévate un 5% de descuento.
Me llevó caminando durante unos minutos a uno de sus establecimientos, el Rock View, apenas a cien metros del comienzo de Lighthouse Beach. Un pequeño edificio situado al lado de un restaurante albergaba en sus bajos dos tiendas de ropa y música y en el primer piso sólo había dos habitaciones, eso era todo. La que me enseñó tenía un retrete de tipo occidental, una mininevera, cama doble con dos mesitas, un mueble para dejar la maleta y un enorme escritorio. Además, dos sillas y una mesa en una terraza…con unas increibles vistas a la playa, de la que sólo me separaban los dos metros de acera.
Acordamos que pagaría 1000 rupias por tres noches, pero que si no me convencía o encontraba algo mejor y quería mudarme, pagaría 350 rupias por la primera noche. Sellamos el acuerdo con un apretón de manos y media hora después yo estaba durmiendo a pierna suelta con un ventilador sobre mi cabeza funcionando a pleno rendimiento.
Al final me quedé una noche más y hubo que volver a negociar el precio. Él me pedía 1350 rupias en total, pero yo le decia que eso no sólo no era un descuento, sino que era una subida de precio y que no me interesaba. Un rato después, llamó por teléfono al chaval que le vigila el edificio y me pidió 1300, que yo acepté. Con el cambio a 66,5 rupias por euro, cada noche me ha salido por 4,88 euros.
TFW
Política de transparencia: En Viajablog encontrarás información para viajar repartida en 6000 artículos como este, que abarcan todos los continentes y que son fruto de nuestro tiempo y esfuerzo, además de pasión. En esos artículos pueden aparecer enlaces a productos y servicios de utilidad para tus viajes (como hoteles, seguros de viaje, etc.) que nos proporcionan una pequeña comisión si los compras o contratas a través nuestro, pero que en ningún caso suponen un aumento de precio para el lector.