Como dicen la canción, Sevilla tiene un color especial, sí, pero también un sabor, una textura y un aroma que son capaces de atraer a los paladares más finos y variados. Encontrar dónde comer en Sevilla es una tarea agradable, a la vez que relativamente sencilla, pues es una ciudad en la que se come bien en un buen número de restaurantes y bares. La cocina andaluza está bien arraigada aquí, con sus platos basados en condimentos ligeros, aceite de oliva y un género de primera calidad. Sin embargo, también probé apuestas más arriesgadas.
Tras mi viaje a Sevilla de hace unas semanas, estos son los sitios donde comer en Sevilla que probé y os recomendaría:
Índice de contenidos
1. Restaurante del Hotel Cortijo Torre de la Reina
Comienzo, como no podía ser de otra manera, con el lugar que más me gustó de todos, sobre todo por su entorno. Aunque lo incluyo en el listado de restaurantes donde comer en Sevilla lo cierto es que el hotel Cortijo Torre de la Reina no es un restaurante propiamente dicho – obviamente, es un hotel con servicio de restaurante -, ni se encuentra en Sevilla capital (aunque está a 15 minutos en coche). Sin embargo, tras haberlo visitado os recomiendo encarecidamente que os acerquéis a él, ya sea para comer, cenar o, mucho mejor, pasar unos días en este magnífico hotel.
El lugar me dejó totalmente hipnotizado y entendí por qué es el único cortijo que ha sido declarado Bien de Interés Cultural (Monumento Nacional). Una parte del mismo está formado por una torre defensiva del siglo XIII (con renovaciones del XVI), mientras que el resto del complejo comprende un edificio rural, con su zona residencial y agraria. Las habitaciones están decoradas con gusto y hay un salón en el que se guardan bellas antigüedades de todo tipo, desde cuadro a vajillas, pasando por un viejo piano del siglo XVI. Como buen amante de la Historia, me habría quedado ahí durante horas, mientras me explicaban el origen de cada pieza de esa colección desordenada.
En este pequeño hotel de 11 habitaciones parece que el mundo se ha detenido. Tal es la paz que se respira en sus patios, jardines, piscina, estanques… Un oasis de tranquilidad adornado con setos, árboles, flores y exuberantes buganvillas.
En este entorno idílico, al aire libre y acompañados por música instrumental y buenos vinos de la zona norte de Sevilla, probamos un menú sencillo, pero sabroso, compuesto por salmorejo, rape alangostado y leche frita flambeada. Fue nuestra última noche de viaje, y consiguieron que fuera inolvidable.
2. Restaurante Seis (Hotel Inglaterra)
Y de la última noche a la primera de mi visita a Sevilla. Y es que me encantó la cocina de corte centroamericano con la que nos deleitaron en el restaurante Seis, situado en el histórico Hotel Inglaterra, lugar que ejerció de base de operaciones durante nuestro viaje.
Aquí tomamos un riquísimo ceviche peruano de corvina, una tosta mexicana con salpicón de pulpo (servido en un plato enorme… ¡Con forma de pulpo!), un delicioso taco de gambón con salsa chili crab, canelón de rabo de toro y, para postre, una de las mejores torrijas que he probado jamás, acompañada de helado de vainilla. Tras semejante festival gastronómico no tuvimos más opción que intentar bajar la cena con un buen digestivo en la magnífica terraza que posee el hotel Inglaterra, que nos regaló unas espectaculares vistas a la catedral de Sevilla iluminada.
3. Casa Robles
Y tras un cortijo monumental y el exotismo centroamericano que probamos en el Restaurante Seis, llegó el momento de degustar cocina sevillana y andaluza en uno de los mejores restaurantes donde comer en Sevilla: Casa Robles.
Situado en pleno centro de la ciudad (a un par de minutos andando de la catedral de Sevilla) se encuentra este restaurante familiar fundado en 1954, que tuvo sus orígenes en una bodega. A nuestra mesa llegaron viandas de calidad excepcional, servidas con toda la diligencia y amabilidad del mundo. Os recomiendo que probéis su salmorejo con virutas de huevo y chorreón de aceite (el mejor que he probado en mi vida), el surtido de embutido ibérico, las croquetas de buey y la merluza rellena en salsa de marisco. El surtido de postres que nos prepararon también estuvo de vicio.
Sin duda, Casa Robles es uno de los restaurantes con más historia, tradición y calidad donde comer en Sevilla.
4. Sal Gorda
Tras un magnífico recorrido por Sevilla en bicicleta fuimos a cenar algo a uno de los lugares desenfadados y juveniles donde comer en Sevilla.
Sal Gorda es un lugar perfecto en Sevilla para comer o cenar de tapas, con un personal joven, dispuesto y amabilísimo, y unas variadas tapas realmente sabrosas. De esa noche me quedo con las croquetas de jamón ibérico (lo siento, pero soy un fan declarado de las croquetas de jamón), el mollete al vapor con tartar de salchichón ibérico y crema de semilla de mostaza y, como plato principal, la fideuá de atún encebollado (creedme, siendo alicantino tengo criterio para este tipo de platos).
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5. Restaurante del Hotel Triana Montalván
Este lugar es uno de los mejores donde comer en Sevilla. Para empezar, me sorprendió su emplazamiento, que respeta la tradición de un barrio tan carismático de Sevilla como es el de Triana. En él vivían muchas familias que se dedicaban a fabricar cerámica con el lodo y la arcilla que se obtenían de la cercana ribera del río Guadalquivir. Entre las estrechas callejuelas de Triana aún existen tiendas en las que poder comprar su famosa cerámica y restos de antiguas fábricas.
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Esa cerámica está muy presenta en hotel Triana Montalván y su restaurante. Ambos muestran sus paredes, patios y habitaciones decorados con esos bellos trabajos artesanales. El menú que nos ofrecieron fue espectacular, destacando su surtido de ibéricos, el cremoso de foie, frutos secos y confitura de fresas, la presa ibérica y su espectacular arroz negro con sepia. El postre, una piña troceada y macerada en una combinación de licor de coco y mojito fue una sorpresa muy agradable por su simpleza y lo buenísima que estaba.
6. Casa Rufino
Aunque hay muchos buenos lugares donde comer en Sevilla, si estás buscando una cocina tradicional sevillana ofrecida en un restaurante aún más tradicional, debes visitar Casa Rufino, en la localidad de Umbrete.
Además de degustar una comida estupenda, en Casa Rufino vas a realizar un viaje por la Semana Santa de Sevilla. La decoración del restaurante comprende cuadros, maquetas y murales dedicados a pasos, tronos, Cristos, Vírgenes y toda la parafernalia que rodea a la famosa festividad religiosa sevillana. Parece que el apelativo «capillita» se haya creado aquí.
Nuestro menú fue sabroso y variado, incluyendo una pipirrana – una especie de ensalada fresca que vino genial para contrarrestar los más de 40 grados que había en la calle – con bonito del norte y huevos de codorniz, ensaladilla de gambas, revuelto de espárragos trigueros silvestres con huevo de corral y un delicioso arroz marinero, todo ello acompañado de vinos sevillanos. Una experiencia más que recomendable.
7. Cotidiano
Otro de los buenos lugares donde comer en Sevilla que os recomiendo es un lugar cuyo nombre engaña. Cotidiano tiene poco de eso, de «cotidiano», pues en su carta ofrece opciones tan dispares como un taco mex de hígado de bacalao y huevas de trucha, quesos manchegos curados, ensalada de quinoa y codorniz escabechada con fresas, croquetas caseras y un bocadillo cubano con chips de plátano macho. Un auténtico pupopurri de platos que nos dejó con un gran sabor de boca.
Los que más me gustaron fueron la ensalada de burrata con tomate rosa, aguacate y albahaca, el canelón de ternera con foie y salsa de Pedro Ximénez y el rico postre: mousse de limón con almendras garrapiñadas y toffe.
8. Lalola Taberna Gourmet
En Lalola Taberna Gourmet, un precioso restaurante ubicado en la calle Conde Torrejón (no lejos de la vibrante zona de la Alameda de Hércules), el chef Javier Abascal hace buena esa frase que dice que «del cerdo todo se aprovecha». Eso sí, no de cualquier cerdo, sino de estupendos ejemplares ibéricos. Javier intenta ofrecer una cocina tradicional con elementos habituales, pero al mismo tiempo innovadora, en uno de los restaurantes donde comer en Sevilla con carta más original y arriesgada.
Aunque su carta posee también platos más tradicionales, nosotros probamos propuestas como sesos a la mantequilla y mejillones en escabeche; habitas, sangre y tomate en escabeche; y oreja a la dorada. Así que aquí tenéis campo de trabajo aquellos que queráis experimentar con degustaciones muy distintas a las habituales.
El cierre fue magnífico, con una pluma ibérica madurada 45 días y acompañada de un estofado de setas de temporada.
9. La Cantaora
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Si quieres disfrutar de un auténtico espectáculo de flamenco en Sevilla, La Cantaora – situada junto a la céntrica Plaza Nueva – es, sin duda, una de las mejores opciones que puedes encontrar. Allí pude presenciar una actuación que me puso los pelos de punta. La cena, con salmorejo, selección de quesos y jamón, y unos lomitos con salsa de tomate y guarnición, fue más que correcta y un gran acompañamiento al auténtico plato fuerte, servido, junto con palmas y guitarra, sobre el escenario.