Comer en un restaurante con Estrella Michelín no tiene porqué suponer un inevitable mordisco violento a la cartera. En Gijón, su Oficina de Turismo encontró hace unos años la manera de poner la alta cocina a la altura de los bolsillos medios, incluyendo comer en un Estrella Michelín como es el Restaurante La Salgar.
Gijón Gourmet es un bono, no nominativo, que se puede adquirir como regalo o para disfrute propio. Ese bono, que se puede adquirir en los puntos de información turística de Gijón, nos da derecho a probar un menú que consta de dos entrantes, dos platos principales, un postre y un vino especialmente seleccionado para maridar la comida.
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Ese menú está disponible sólo en siete restaurantes de la ciudad y alrededores, donde cuesta 45 Eur o bien, si se trata de uno de los tres establecimientos de la lista con Estrella Michelín, de sólo 50 Eur.
Y uno de esos siete restaurantes incluidos en Gijón Gourmet es La Salgar de Nacho Manzano.
La Salgar es un restaurante luminoso, con un amplio ventanal que recorre todo uno de sus laterales. Las vistas casi no podían ser más asturianas, pues es linde del Muséu del Pueblu d’Asturies (Museo del Pueblo de Asturias) y hórreos y construcciones tradicionales, rodeadas de césped son el trasfondo escénico a nuestra comida.
De la comida es responsable un apellido, que suena intrinsecamente asturiano, Manzano. Los nombres que le anteceden son los de dos hermanos, Esther y Pedro (si el Pedro Manzano que tiene dos Estrellas Michelín en Casa Marcial, en Arriondas-Parres).
Este proyecto común de ambos lleva a Gijón una cocina premiada en múltiples ocasiones y foros y un menú, no sólo en el Gijón Gourmet, con platos con productos tradicionales de la tierra a los que se da un giro, un guiño gastronómico que los lleva al siglo XXI.
Chocante es nuestra primera impresión de ese guiño pues, para empezar, el primer entrante del menú Gijón Gourmet se sirve sobre una ligera corteza de tronco y está pensado para comerse con la mano. O debería usar el plural, pues el primer entrante son tres delicados homenajes al mar y la montaña de Asturias.
Las interpretaciones que se hace en cocina del espíritu marinero y campesino del Principado se llaman crujiente de algas con mayonesa de limón, piel de bacalao crujiente con mojo rojo, el pitu y su entorno.
Poca explicación requieren los mismos, que en un pis pas pasan de la mano a la boca, pero añadir que “el pitu y su entorno” es una representación de la cresta de un “pitu de caleya” (un pollo doméstico que anda a su aire por los caminos en torno a la huerta y casa de sus propietarios), con pasta de maíz y parfait de higadillos.
Las representaciones no oníricas desaparecen en el segundo entrante. Lo que se nos pone delante de los ojos son unas sublimes y reconocidas croquetas de jamón, perfectamente crujientes por fuera, con una masa cremosa pero no desbordante por dentro.
Durante todo este tiempo, se me han ofrecido tres tipos distintos de pan y una mantequilla de boletus que sólo he podido probar para certificar su buen sabor.
Mis papilas gustativas se ocupan en su totalidad con lo que llega a la mesa (y también con, primero una copa de Albariño Fillaboa, D.O. Rías Baixas y más tarde, al progresar la comida a sabores más fuertes, un Viña Real, D.O. Rioja).
Y lo que aparece es un dorado, crujiente y etéreo torto de maíz, recubierto de un revuelto de huevo (el sabor y textura predominantes), con cebolla confitada y la dosis justa de queso Cabrales D.O.P. para que se sepa que está ahí pero no eclipse al resto de ingredientes.
Gira la rueda y nos vamos del campo al Mar Cantábrico. A él nos transporta una “falsa” ensalada, o más bien una versión de esta, con los ingredientes acompañando al pescado.
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La ensalada de merluza con su holandesa y huevas secas tiene verde por arriba y por abajo, como testimonio de un trampantojo gramatical. A destacar el licuado de lechuga, tomate y cebolla sobre el que reposa el pescado y que el adorno lineal del emplatado son, muy propiamente, huevas de merluza espolvoreadas.
¿La merluza? De una consistencia etérea, como el vapor al que se ha preparado. Impresionante (un adjetivo que mi mente repetirá varias veces durante la comida).
No creas que la fabada es el único plato típico asturiano, aunque sea el potaje más conocido. Puede que el gochu (el cerdo) sea el rey de la cocina popular a lo largo de toda España, en forma de chorizo, morcilla o lacón que da sustancia a platos de legumbres, pero hay otro animal en Asturias que no por más humilde es menos apreciado.
Actividades en Asturias Si comer en Gijón hace que sorpresivamente te apriete la cintura del pantalón, aprovecha tu escapada para realizar alguna de estas actividades en Asturias, con muy buenas recomendaciones de sus usuarios:
Inquieto, nervioso, el pollo (“pitu” en asturiano) de campo no es un animal salvaje pero sí que se cría en semi-libertad, pues durante el día vaga a sus anchas por caminos improvisados (“caleyas” en asturiano) y prados, mientras de noche se recoge para que el gallinero le proteja de los depredadores.
Ese vagar a sus anchas hace que se alimente de aquello de lo que se han alimentado los pollos hasta que se inventó el pienso, todo lo natural que encuentra en su constante paseo.
La dieta se traduce en una carne más oscura, completamente ajena a la palidez industrial que deslumbra en los pollos hacinados en naves de producción. Servido con un arroz que se ha preparado en el propio caldo del “pitu”, cada bocado nos llena la boca de un consistente y espeso sabor que nos retrotrae a la auténtica comida de pueblo.
¿Cómo cerrar con un dulce broche una experiencia gastronómica así?
Con una galleta de naranja con crema inglesa, helado de mango y mango caramelizado. Más dulce, casi imposible.
Rizando el rizo, cortesía de la casa llegó el café acompañado de dos bocados dulces.
Uno de chocolate con praliné de avellana (en la foto, el que hace equilibrios en el alambre) y una galleta de mantequilla (en la foto, el apoyado en la tabla rectangular de madera).
La experiencia de comer en un restaurante con estrella Michelín está plagada de mitos sobre cantidad de producto y coste.
El Menú Gijón Gourmet es una forma asequible de romperlos, sin que tiemble la cartera (recordad, son sólo 5 Eur más sobre los 45 Eur del bono) y, dejando, nunca mejor dicho, un buen sabor de boca.
Aquí tienes algunas fotos más de la comida Gijón Gourmet y del Restaurante La Salgar:
Más información
Datos de contacto del Restaurante La Salgar:
Restaurante La Salgar
Museo Etnografico del Pueblo de Asturias
Paseo Dr. Fleming, 887
33203 Gijón
Principado de Asturias
Tlf: 985 33 11 55
Web: La Salgar
El Restaurante La Salgar en Google Maps:
Los siete restaurantes participantes en Gijón Gourmet son:
Restaurante Auga (Estrella Michelín)
Restaurante Bellavista
Restaurante Casa Gerardo (Estrella Michelín)
Restaurante Casa Victor
Restaurante Ciudadela
Restaurante El Candil
Restaurante La Salgar (Estrella Michelín)
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Hola Avisto muy buen reportaje, lo unico avisarte que hay un fallo en el nombre del hermano de Esther no se llama pedro se llama Nacho.
Un saludo y muy bien la explicación del menu.