A pesar de que realicé un viaje a Gales hace ya algunos años, en aquella ocasión no llegué a visitar Cardiff, la capital del país. Hace unas semanas me cobré esa deuda pendiente y descubrí una urbe vibrante, moderna y repleta de sorpresas. Una de estas sorpresas fue, para mí, comprobar las muchas opciones gastronómicas que posee la ciudad. Si no me crees, te ruego que me acompañes por este recorrido foodie en Cardiff.
En él vamos a descubrir antiguos mercados, pasadizos, castillos, tiendas de toda la vida y algunas de las viandas más típicas de la ciudad.
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Además, tuve la fortuna de realizar el recorrido de la mano de Ieuan Rhys, un actor galés que aportó, aparte de un vasto conocimiento de su tierra y su comida, un sinfín de anécdotas y chascarrillos que nos hicieron abrir la boca y reír a partes iguales.
Índice de contenidos
El castillo de Cardiff, icono de la ciudad y pastelillos dulces
Comenzamos nuestro tour gastronómico por Cardiff en una cafetería que se encuentra en el parque que se extiende junto al castillo de Cardiff.
En ella, Ieuan nos invitó a un café y a probar los pasteles galeses (Welsh cakes), una especie de panecillo dulce hecho con manteca de cerdo (aunque hay algunos que los hacen con mantequilla, la receta original es mucho más sabrosa), azúcar en polvo, algo de huevo, leche, harina, canela y grosella deshidratada.
El resultado es una verdadera delicia, sobre todo cuando la degustas con vistas al castillo de Cardiff, una temible fortaleza de origen normando que fue donada por la familia Bute – una saga que llegó a ser más rica que la reina Victoria y quienes transformaron Cardiff profundamente – a la ciudad hace casi 80 años.
Wally’s, una tienda de delicatessen de toda la vida
Desde el castillo, tomamos las comerciales calles de High St y St Mary St para adentrarnos en uno de los antiguos pasajes arqueados (arcades) de Cardiff: el Royal Arcade.
Estos pasadizos son realmente bonitos, con los techos de cristal, los faroles pendiendo de ellos y los carteles de las tiendas asomando. En ellos encontramos tiendas de antigüedades, cafeterías, comercios de joyas o relojes, de ropa y, por supuesto, también tiendas de delicatessen gastronómicas, como es el caso de Wally’s.
Aunque el cartel de la fachada nos informa que llevan abiertos desde 1981, lo cierto es que este negocio familiar posee una historia algo más dilatada que implica sufrimientos y separaciones causados por la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día, en Wally’s puedes encontrar un poco de todo, con un denominador común inconfundible: la calidad.
Allí había aceitunas y encurtidos de todo tipo, bombones belgas, quesos procedentes de media Europa (y Gales, obviamente), salchichones, jamones (con muestras de ibérico español), chorizos, especias indias, galletas y pasta italianas… Incluso botes de Cola-Cao y paquetes de chocolate Valor en polvo.
Tom, un tendero de los que acostumbran a tratar al cliente a la vieja usanza, con cercanía, calidez y muchísima educación, nos había preparado una cata de distintos quesos galeses y embutidos europeos. Fue una auténtica delicia y, en cuanto a los quesos galeses, aunque estaban todos muy buenos, os recomiendo uno especialmente: Black Bomber, obtenido en la preciosa región galesa de Snowdonia.
El Mercado de Cardiff, un lugar imprescindible, seas o no foodie
Tras la visita a Wally’s, no tuvimos que caminar mucho para llegar a nuestra siguiente parada del día.
Mientras Ieuan nos contaba su participación en la película ‘El ingles que subió una colina y bajó una montaña’ (1995), protagonizada por Hugh Grant, nos vimos frente a la bonita entrada principal del Cardiff Market, un mercado que lleva algo más de 130 años en funcionamiento.
Seas, o no, un entusiasta del mundo gastronómico, no te puedes perder el Mercado de Cardiff.
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El edificio en sí es ya una auténtica belleza, con esos techos altos hechos de cristal y acero, la pequeña torre del reloj y sus dos plantas repletas de comercios de todo tipo, no sólo gastronómicos.
Y es que, aquí encontré tiendas de vinilos y CDs, de ropa, de pelucas, de tarjetas de felicitación, cerrajeros, floristerías, etc. Y, por supuesto, también carnicerías, puestos de comida de todo tipo y, en definitiva, un ambiente totalmente ecléctico y original.
Tal y como nos comentaba Ieuan, a mí también me parecía totalmente increíble que teniendo un lugar así en pleno centro de la ciudad, mucha gente prefiriera tomarse algo en algunos de los establecimientos que cadenas de pizzerías o hamburgueserías poseen en la zona. Es todo un sacrilegio.
Y así lo comprobamos al degustar las espectaculares pizzas caseras (hechas al horno de leña) de Ffwrness Pizza. La de queso y sobrasada está especialmente buena, aunque no te equivocarás cualquiera que sea tu selección. Situada en el piso superior, esta pizzería tenía como vecino a un puesto de comida callejera asiática.
Después llegó el momento de probar dos viandas típicas galesas más: el Clark’s Pie y faggots and peas.
El Clark’s Pie es un delicioso pastel de carne, al que se le añade algo de verdura y gravy (esa típica salsa británica, densa y oscura, que acompaña a tantos platos de esa cocina). La masa en la que viene todo envuelto es tan gruesa que hace que no necesite otro tipo de envoltorio y se pueda comer con las manos sin mancharte. Probé uno y debo decir que está realmente sabroso.
La historia del faggots and peas es bastante rica de por sí.
Nos explicaba Ieuan que faggots and peas no era más que una mezcla de carne picada – normalmente hecha con partes variadas del cerdo – con puré de guisantes y gravy. Puede sonar muy simple, pero, tras haberlo probado, te puedo asegurar que es bastante contundente. De hecho, siempre fue un plato típico de los galeses de clase humilde. Hoy en día, sigue siendo popular y es, por ejemplo, muy común comerlo cuando vas a un partido de fútbol o rugby. A mí me encantó.
Tomando una cerveza en el pub de Gareth Bale
Para despedirnos de Ieuan, nos fuimos a tomar una pinta de cerveza a Elevens Bar and Grill, el pub propiedad del famoso futbolista galés, y ex-estrella del Tottenham y Real Madrid, Gareth Bale.
En su interior me encontré toda una colección de camisetas firmadas por jugadores legendarios. Allí estaba la camiseta de la Juventus de Pirlo, la del Arsenal de Henry, la del Manchester United de Cantona, la del Newcastle de Shearer e incluso una de Pelé. Por supuesto, también había objetos de Bale, como su camiseta del Tottenham o las zapatillas con las que jugó la famosa final de Champions League de Kiev (2018), cuando Bale marcó dos golazos en la victoria del Real Madrid, por 3 a 1, sobre el Liverpool.
Por lo demás, es el típico pub de corte inglés, con buena variedad de cervezas, bebidas espirituosas, hamburguesas, pizzas, alitas de pollo, perritos calientes y otros picoteos del estilo.
Si quieres probar buena comida de pub, te recomiendo otro al que fuimos, The Welsh House. Como su nombre indica, es una casa dedicada a la cultura galesa. Carteles en galés, arte galés e incluso los intérpretes que te deleitan la comida o cena en el hilo musical son todos galeses. Tom Jones, Catatonia o Bonnie Tyler son sólo algunos ejemplos.
Allí probamos un cordero excelente, así como unas fish & chips que nada tienen que ver con el que te sirven en los lugares de comida rápida.
Otro lugar excelente para comer o cenar en el centro de Cardiff es Daffodil. En este restaurante de bonita decoración, defiende a capa y espada a los productores galeses locales, comprando la materia prima de sus platos a pequeños proveedores artesanales, muchos de los cuales se pueden encontrar en Cardiff Market.
Una carta de vinos completa que consta de 24 vinos por copa con un equipo que puede recomendar maridajes con cualquiera de sus magníficos platos de carne y pescado, y una carta de cervezas, licores y cócteles que entusiasma a cualquiera.
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Personalmente, te recomiendo que pruebes los King Scallops, el cordero y la merluza. Y es que, debemos dejar atrás esa idea de que en el Reino Unido no se puede comer bien. Los tiempos cambian y la mezcla cultural ha convertido a la británica en una de las cocinas punteras de Europa.