Hace dos años miraba el mapa mundi con los ojos fijos en una parte concreta del mismo: América Central.
Desde Noviembre del 2008 a Mayo del 2009 recorrí gran parte de Sudamérica, deteniendo mis pasos en Colombia, a las puertas de Panamá. Estaba justo de todo: tiempo, dinero y energías. Entonces me dí la vuelta y tomé un avión que me llevó de Bogotá a Madrid, pero prometí que volvería pronto a descubrir esa parte de América Latina que quedaba a oscuras para mí.
Y dentro de los países que conforman ese enlace de tierra entre América del Norte y su, tan diferente, hermana del Sur, Costa Rica siempre me llamó la atención. Más aún desde que un buen amigo de Alicante se fue a vivir a ese país hace más de un año con su novia nicaragüense y hoy, 14 meses después, se van a casar, tienen un buen trabajo y pasan la mayor parte de su tiempo de asueto al aire libre y disfrutando de la vida.
Este otoño me gustaría hacer un viaje de un mes con la mochila precisamente por esa región del Mundo y para decidir eso también me ayudó bastante el artículo que publicó aquí mi buen amigo Alex. La opción de ir a la zona de Fortuna a hacer tirolina a más de 100 metros sobre selva y cataratas para después pasear por un área de volcanes es una gran inspiración.
Y es que Costa Rica se ha convertido en una especie de parque nacional gigante. El 25% de su superficie la constituyen áreas protegidas, con más de cien parques naturales. Su ecosistema agrupa a nada menos que el 5% de toda la biodiversidad de la Tierra, lo cual es un logro inaudito para un país tan pequeño, que supone tan sólo el 0,03% de la masa terrestre del planeta.
El otro día, ojeando un artículo en prensa leí que hay más de 750.000 especies de insectos distintas y más de 20.000 tipos de arañas. O sea, que un trekking por la selva podría llegar a ser una pesadilla para los que odien a estos dos tipos de seres. En el lado brillante y amable tenemos el dato de que el 10% de las mariposas del Mundo revolotean por los aires de los ticos.
Soy un amante de los actividades deportivas al aire libre y tanto el trekking casi como cualquier otro deporte acabado en -ing me atrae muchísimo, pero también quedé enamorado -durante mi estancia en las playas de Florianópolis en Brasil y Loredo en Santander- del surf.
En Costa Rica hay playas perfectas para la práctica de este deporte como puede ser la Playa Langosta, cerca de Tamarindo, en Guanacaste. Además está al lado del Parque Nacional Marino de Las Baulas donde las tortugas baula -la tortuga más grande del mundo, pudiendo llegar a pesar unos 1000 kilos- hacen su camino a las costas para depositar sus huevos. Este fenómeno sólo puede observarse de Octubre a Mayo.
Y algo más tiene que tener Costa Rica cuando la esperanza de vida de sus habitantes se halla entre las más altas del Mundo. Los ticos disfrutan de su paraíso particular una media de 77 años antes de irse al que, dicen, está en los cielos.
Con todo ésto, quizá ya va siendo tiempo de ir mirando el billete y marcharme a disfrutar.
Soy costarricense, y está demás decir que Costa Rica es todo un país maravilloso.
Excelente articulo, esta por demas decir que mis vacaciones a Costa Rica fueron placenteras y el pais en realidad es de los mas bellos que he visitado…!!! Pura Vida!!!
Genial!!Me encantaría ir a pasar unas vacaciones en la playa allí…
Bea