Sevilla es una ciudad fascinante, con un sinfín de cosas que hacer, ver y sentir. Exploré a fondo la capital hispalense hace unos meses, cuando el calor del verano y el miedo a la pandemia dejaron un paisaje vacío y, en cierto modo, íntimo y hermoso. Así conocí lugares tan emblemáticos como el Barrio de Santa Cruz, la Catedral de Sevilla, el Alcázar o Triana, entre muchos otros lugares. Y sí, debo reconocer que es una ciudad que me marcó y enamoró a partes iguales. Sin embargo, dentro de esa belleza más tradicional de los lugares que os he comentado, también existe otra Sevilla, una ciudad moderna, ecléctica y sorprendente cuyo estandarte parece dominar los cielos de la urbe. Y es que el proyecto Metropol Parasol – conocido comúnmente por propios y extraños como las Setas de Sevilla – nada tiene que ver con el entorno que le rodea… Ni con casi nada en Sevilla. Un proyecto arriesgado que dio mucho de que hablar antes, durante y después de su construcción.
Las Setas de Sevilla son uno de esos símbolos que no dejan indiferente a nadie: lo amas o lo detestas. ¿Tú lo conoces? Si es así, ¿en qué grupo de los dos anteriores te encuentras? Yo las visité bajo el calorazo de una mañana de julio y debo decir que sí que me gustó.
Aquí os dejo mi experiencia, aunque está claro que para estas cosas no hay nada como visitarlas en primera persona. Pero, empecemos con lo básico…
Índice de contenidos
Qué son las Setas de Sevilla
Si no has visto jamás las Setas de Sevilla y estás leyendo mi texto, estarás pensando si es que David el Gnomo y su prole se han mudado a la capital hispalense a vivir unos años al sol y olvidarse del frío de los países nórdicos. No, lo de las setas no quiere decir que hayan grandes setas físicas en el centro de Sevilla (en la Plaza de la Encarnación, para ser más exacto), sino que alguien contrató a un arquitecto alemán para que creara una estructura gigante con cierta forma de hongo. Pensaban que rompería los moldes tradicionales de la urbe. Y vaya si lo hizo.
El arquitecto alemán – berlinés – en cuestión fue Jürgen Mayer, un tipo brillante en lo suyo cuyo trabajo se caracteriza por emplear tecnología puntera para crear nuevas, extrañas y sugerentes formas.
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El Metropol Parasol no son en realidad setas – siento haceros un spoiler -, sino que se trata de una enorme pérgola – con unas dimensiones de unos 150 metros de largo, 70 de ancho y unos 26 metros de altura – que alberga distintos tipos de negocios, museos y locales, y que además regala unas vistas maravillosas sobre Sevilla. El proyecto tuvo un elevado coste de más de 80 millones de euros. Algo bastante criticado en el 2011, año en el que se construyó.
De qué están hechas las Setas de Sevilla
Independientemente de que te guste más o menos el resultado visual del proyecto Metropol Parasol, lo que es innegable es que es un hito de la tecnología y arquitectura moderna. La megaestructura está compuesta principalmente de madera laminada de pino finlandés, formando una enorme retícula que descansa sobre seis pilares que se extienden por la Plaza de la Encarnación y la Plaza Mayor. Cada una de sus «costillas» presenta nervaduras individuales con una curvatura propia, creando una cierta ilusión de movimiento ondulatorio.
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Historia de las Setas de Sevilla
Habrás oído que las setas suelen crecer en los suelos de los bosques, en otoño y tras una pequeña temporada de lluvias y humedad, pero cuando el frío aún no aprieta demasiado. En el caso de las Setas de Sevilla no fue así.
La hispalense Plaza de la Encarnación ha sido, desde hace mucho tiempo, uno de los centros neurálgicos de la ciudad. En ella hubo, desde el siglo XIX hasta 1948, un importante mercado de abastos (conocido con el nombre de «Mercado de la Encarnación»). Durante décadas el lugar quedó desangelado y sin uso, hasta en que en los años 90 el Ayuntamiento de Sevilla decidió crear un aparcamiento subterráneo de gran tamaño. Sin embargo, para sorpresa de todos, bajo la plaza se encontraron ruinas romanas y andalusíes, por lo que las obras se detuvieron inmediatamente.
No sería hasta el año 2004 cuando se convocaría un concurso público para construir un nuevo mercado de abastos, un museo que albergase las ruinas halladas y una plaza pública. Ese concurso fue el que ganó el amigo Jürgen. Sin embargo, debido a la complejidad que entrañaba el proyecto, no sería finalizado hasta el 2011.
Qué ver en las Setas de Sevilla
Cuando me aproximé a pie a las Setas de Sevilla, tan solo vi una enorme estructura que cantaba al máximo con el paisaje que le rodeaba. De hecho, tenía cierto toque espacial o extraterrestre, que lejos de disgustarme, como soy muy friki, me gustó. Lo que nunca llegué a imaginar es la variedad de cosas que albergaba en su interior.
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Comenzamos nuestra visita en el mercado de abastos, donde me pedí un riquísimo zumo de frutas recién exprimidas. Debido a la pandemia, el lugar no tenía la vida habitual, pero aún así me perdí un rato por sus puestos de dulces, frutas, verduras, embutidos, bares y mucho más. Los mercados siempre me han encantado, no solo por su colorido y olores, sino también porque suelen ser lugares en los que se pueden observar las costumbres del día a día de la gente local.
Después entramos en la zona cubierta para comprar las entradas al Metropol Parasol y también acceder al museo. En el Antiquarium – pues ese es su nombre – hay restos arqueológicos que datan desde los tiempos de Tiberio (en torno al año 30) hasta el siglo VI, así como las ruinas de una vivienda islámica almohade de los siglos XII y XIII. Los puedes admirar a través de una membrana de vidrio que envuelve el espacio. También puedes acercarte a las piezas caminando por una pasarela.
En la llamada Sala Arqueológica reúnen todos los hallazgos: la factoría de salazones del siglo I, el conjunto de casas y calzadas romanas de los siglos II a VI, la casa almohade de La Noria, y otros elementos más pequeños, como mosaicos, fuentes u hornos.
Además, posee otra sala en la que se suelen organizar eventos culturales.
Sin embargo, lo que más suele llamar la atención de aquellos que visitan las Setas de Sevilla son sus miradores. Para subir a ellos debes tomar el ascensor con el que ascenderás hasta llegar a una pasarela que recorre la parte expuesta del Metropol Parasol. Tendrás distintas perspectivas de Sevilla desde distintos puntos, mientras asciendes ligeramente hasta el mirador principal.
Este mirador panorámico regala unas vistas de 360 grados, y a 28,5 metros de altura, sobre la capital hispalense. Sin duda, es una de las mejores fotos que ver en Sevilla. Lugar ideal para disfrutar de un atardecer, el mirador invita a la relajación en las alturas.
Y es que, por mucha crítica que haya recibido el proyecto, lo que no se puede negar es que las Setas de Sevilla es uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad, recibiendo millones de visitantes cada año. ¿Te animas a ser uno de ellos?
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