Islandia es un país ideal para los amantes del senderismo. Durante las muchas semanas que he pasado en él – gracias a mi trabajo de guía en esa tierra – he realizado un buen número de rutas de varios tipos diferentes. Sin embargo, entre ellas suelo destacar el trekking que lleva a la segunda cascada más alta de Islandia: Glymur. El trekking de Glymur es una ruta en la que encontrarás aventura y paisajes espectaculares.
La senda que lleva a Glymur se interna en una garganta preciosa y, aunque no es para cualquier persona, tampoco exigirá habilidades técnicas. Solo hay que estar un poco en forma y tener cierto amor por la aventura. Y bueno, que no haya llovido mucho últimamente, porque el caudal del río Botnsá juega aquí un papel muy importante.
Al encontrarse cerca de Reikiavik (y de la Ruta del Círculo Dorado), te recomiendo el trekking de Glymur como uno de los imprescindibles en tu viaje a Islandia.
Índice de contenidos
Cómo llegar a Glymur
Para llegar al aparcamiento desde el que comienza el trekking de Glymur, tendrás que disponer de un vehículo propio, pues no hay manera de llegar allí en transporte público.
Desde Reikiavik, tienes aproximadamente una hora de viaje.
Características técnicas del trekking de Glymur
Estas son las características técnicas del trekking de Glymur:
- Distancia: el total de la ruta circular de Glymur es de unos 7,5 km.
- Desnivel: la primera parte de la ruta es bastante empinada, con un desnivel positivo de unos 425 metros.
- Duración: solemos tardar unas 4 horas en hacer el trekking, yendo en grupo y con cierta tranquilidad.
- Dificultad: moderada.
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Cuál es la mejor época del año para hacer el trekking de Glymur
En cuanto a esto, no tengo ninguna duda: la mejor época del año para hacer el trekking de Glymur es entre los meses de junio y septiembre. Tendrás más horas de luz y, sobre todo, menos probabilidades de lluvia. Y es que si llueve en abundancia se puede complicar la ruta.
Qué equipo necesito para hacer el trekking de Glymur
En cuanto al equipo necesario para hacer el trekking de Glymur, estos son los esenciales:
- Buen calzado de trekking.
- Ropa impermeable y cubre mochila: el clima es muy cambiante en Islandia y te puede caer una lluvia impresionante cuando menos te lo esperes.
- Ropa de abrigo: por la misma razón que en el punto anterior.
- Bastones de trekking: opcionales, pero no vienen mal para las subidas y bajadas.
- Unas chanclas. Vienen bien a la hora de cruzar el río (si lo haces), aunque también se puede hacer descalzo. Las mejores son esas que se sujetan bien al pie (tipo chanclas de trekking).
- Algún tentempié.
- Móvil con batería: nunca se sabe qué puede pasar en la montaña.
Dónde dormir en Reikiavik
Si buscas alojamiento en Reikiavik, te recomiendo uno de mis hoteles preferidos: el City Center Hotel. Se trata de un magnífico 3 estrellas ubicado en pleno centro, en el famoso distrito 101 de Reikiavik. Ofrece bonitas habitaciones, personal amable y una excelente relación calidad-precio. Si no te acaba de convencer, seguro que encuentras tu lugar ideal donde dormir en Reikiavik aquí y sin aumento de precio:
Descripción de la ruta del trekking de Glymur
He realizado esta ruta en cuatro ocasiones y siempre la he disfrutado al máximo, siendo una de las experiencias que más me gustan cuando viajo a Islandia.
Un trekking con dos opciones
Lo primero que tengo que contarte sobre el trekking de Glymur es que para hacerlo tienes dos opciones:
- Ruta circular: consiste en subir por el lado este del río, cruzarlo y bajar por el oeste.
- Ruta lineal: subes y bajas por el mismo lado (normalmente el lado este).
En mi opinión, lo mejor es hacer la ruta circular, pues te da perspectivas distintas de la cascada de Glymur y el cañón. Además, la parte este es más sencilla al subir que al bajar.
Partiendo del aparcamiento
Tras partir del aparcamiento, el primer tramo es sencillo y plano, avanzando entre pequeños abedules árticos y arbustos propios de la zona. Hay un par de bifurcaciones y por ello te aconsejo que si vais sin guía, al menos tengáis algún mapa de la zona descargado para poder consultarlo offline. A mí me funciona muy bien la app de Maps.me
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Tras unos 15 minutos de caminata, llegas a una cueva tras la cual ya ves las bravas aguas del río Botnsá. Es un lugar perfecto para hacer fotos y el punto de no retorno en el que la gente debe decidir si sigue adelante por ese lado o no.
Primer cruce del río
Y es que aquí hay que cruzar unas aguas que siempre bajan rápidas. Para ello han colocado un tronco en horizontal y hay algunas piedras grandes en las que puedes pisar para llegar a él, pues el tronco solo cubre la mitad del cauce.
Para ayudar a que la gente pueda cruzar el río, algún alma caritativa ha colocado un cable de acero, más o menos a la altura de la cintura.
No tengas miedo y cruza. Sujétate al cable, pisa lentamente y con cuidado y mantén la concentración. En poco más de 30 segundos estarás del otro lado.
Eso sí, si llegas aquí tras la época de deshielo o después de varios días de lluvias torrenciales, puedes encontrarte con que el caudal del río ha sumergido, total o parcialmente, el tronco y las grandes piedras. En ese caso, ni se te ocurra intentar pasar.
La fuerza del agua es aquí brutal, y lo más probable es que te arrastre, pudiendo tener un grave accidente.
El ascenso por el precioso cañón
Tras pasar el obstáculo del bravo río, comienza, de inmediato, una ascensión continua y, en algunos puntos, ciertamente pronunciada.
El paisaje es verde y rocoso, y verás que hay algunas cuerdas colocadas en los ascensos más complicados (y en algún descenso de repechos).
Tras unos minutos subiendo, comenzarás a encontrar miradores que se asoman al cañón. Las vistas desde ellos son una auténtica locura. Querrás hacer decenas de fotos desde que halles el primer mirador, pero no te detengas demasiado, pues conforme vayas ascendiendo no dejarás de encontrar postales que mejoran las anteriores.
Y es que el cañón de Glymur es alto y estrecho, con las aguas del río al fondo y completamente tapizado de verde. Un verde que parece adquirir una tonalidad fluorescente cuando el sol impacta en él.
Seguro para viajar a Islandia
¿Eres de los que todavía piensa que un seguro de viaje es algo prescindible? Pues tras trabajar de guía en Islandia, te puedo asegurar que muchos de mis viajeros se alegraron de estar asegurados tras sufrir caídas, torceduras y accidentes con crampones. Y es que en un viaje de aventura como éste (y con un sistema sanitario tan caro como el islandés), más vale ir con paz mental y contratar un seguro. Yo siempre he confiado en la compañía IATI, y me ha ido genial, respondiendo a la perfección cuando los necesitas. En Islandia te puede venir bien su seguro para mochileros, IATI Mochilero, que cubre gastos sanitarios de hasta medio millón de euros, incidentes en más de 60 actividades al aire libre, repatriación y mucho más. Y por poco más de 3 euros diarios. Si no te convence este, puedes elegir entre la amplia gama de seguros de viaje de IATI. Además, tienes un 5% de descuento al venir de nuestra parte a través de este enlace.
Algunas locas ovejas dormitan o pacen en esas paredes casi verticales (siempre me pregunto cómo consiguen llegar a allí), mientras que los fulmares – unas aves muy parecidas a las gaviota, pero más pequeñas y fornidas – vuelan de una pared a otra, sabiéndose dueñas de un territorio casi inexpugnable para el hombre.
Finalmente, la impresionante cascada de Glymur aparece ante nuestros ojos. Su salto de 198 metros es espectacular. Te dejará completamente embelesado durante largos minutos.
Segundo cruce del río
Tras llegar a la altura de la cabecera del río y tener el salto a tu lado, llega el momento de realizar el segundo cruce del río.
En este punto, la anchura del cauce a salvar es mucho más considerable que en el primer cruce, por lo que tendrás que descalzarte o ponerte unas chanclas (o zapatillas, si llevas repuesto).
Aquí el agua baja, habitualmente, con una corriente mucho menos poderosa y, aunque tendrás que afirmar bien el paso (las piedras del lecho del río son algo resbaladizas), no debes tener más problemas que aguantar el frío del agua.
Busca el punto en el que el agua es menos profunda y el cauce más estrecho.
Descendiendo hacia el aparcamiento
Una vez has cruzado el río, es un buen momento para tomarte algún tentempié – llámese barrita energética, galleta o fruta – mientras te secas las piernas y disfrutas del sol sentado en el césped.
Ya queda tan solo la parte más sencilla: el descenso hasta el aparcamiento.
En la bajada, además, podrás ver la cascada de Glymur desde el lado oeste (se ve mejor desde el este, pero también está bien esta perspectiva).
Eso sí, a la hora de decidir el camino de bajada debes tener cierto cuidado. Hay uno que va por la parte de arriba, alejándose enseguida de la cascada, y que es ancho y sencillo, descendiendo de una forma muy pausada y gradual.
Sin embargo, en una ocasión exploramos otro camino y comprobamos que no era apto para todos los públicos. Este te acerca más al cañón por el lado oeste y te da mejores vistas durante un tiempo. Sin embargo, después desciende por la ladera, afrontando empinadas pendientes repletas de rocas que no se hallan bien fijas al suelo.
Al final perdimos cualquier rastro de sendero y fuimos bajando como las cabras hasta desembocar en un pequeño bosque de abedules que conecta con la senda que tomamos al principio del trekking.
A mí me encantó esta aventura, pero advierto que no es para todo el mundo.
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Elijas el camino que elijas, tendrás un sinfín de espectaculares imágenes grabadas en tu retina cuando llegues al aparcamiento y hayas finalizado el bellísimo trekking de Glymur.