De Bosa a Alguero existe una escénica carretera que acaricia la costa oeste de la isla de Cerdeña.
Apenas se ve tráfico y existen unos cuantos puntos panorámicos donde parar con el coche y admirar las playas y el perfil montañoso y verde de la costa mediterránea.
Cerdeña tiene pocos habitantes. Apenas un millón y medio de habitantes por sus más de tres millones de ovejas que pastan los campos de esta isla en el corazón del mediterráneo, tan cercana al progreso donde sorprende encontrar un estilo de vida más parecido al siglo pasado del siglo en que vivimos.
Llegamos al Alguero y lo primero que nos sorprendió es encontrar las rótulos de calles escritos en catalán y en italiano. No en vano, al Alguero la llamaban la Barceloneta siglos atrás. Fue invadido por los catalanes que permanecieron en la isla durante siglos. Hoy en día el catalán todavía resiste en casa aunque se oye muy poquito por la calle. Se mantiene especialmente entre la población anciana y a modo de reclamo turístico.
Llegamos al atardecer y nos paseamos por el centro del Alguero buscando un local donde cenar. Nos encontramos un par de ancianas sentadas en un banco y observamos que estaban conversando en catalán. No quise desaprovechar la ocasión. Nos acercamos a ellas y les pregunté en catalán si conocían algún lugar donde comer bien y barato. Enseguida se interesaron por nosotros (un catalán y un par de sicilianos) y empezaron a hacernos preguntas. Enseguida nos enfrascamos en una buena conversación.
Pude entender aproximadamente el 60% de lo que contaban. El catalán del Alguero mezcla algunas palabras de italiano (alhora, c’è) y recoge formas y vocabulario del catalán antiguo. Es una mezcla muy curiosa con toques sardos, castellanos e italianos que se cruzan sobre una base lingüística catalana. Mientras el sardo conserva el artículo salado de las islas baleares (sa casa, ses filles), en el Alguero mantienen la forma medieval como en el sur de Cataluña (lo cotxe).
Bueno, no es mi intención aburrir a nadie con mi pasión filológica. Charlamos con nuestras nuevas amigas un buen rato. Una de ellas nos contó que en el año 1962, en plena dictadura de Franco, se paseó por el centro de Barcelona con un reloj adornado con una bandera catalana. Tras algunas peripecias acabó siendo apaleada en medio de la plaza del Pí por las auoridades. Durante esa misma escapada a Cataluña, la mujer subió al monasterio de Montserrat y se puso a rezar el Pare Nostre en voz alta y en catalán asombrando a los atemorizados curas que se encontraban en la iglesia. Una auténtica guerrera. Nos despedimos y nos dio una calurosa bienvenida a nuestra tierra.
El Alguero es probablemente de largo la ciudad más bonita de Cerdeña. Conserva un casco antiguo medieval muy bien conservado, con preciosas vistas al mar y al cabo de Capo Caccia con sus playas de arena blanca esperando nuestro chapuzón.
La ciudad fue antiguamente una fortaleza portuaria y a excepción de la muralla que se destruyó para engrandecer el Alguero, la ciudad mantine hoy en día la ciudad su posición privilegia en contraposición de Sasari, la capital de la provincia.
En un mismo día se pueden recorrer los puntos principales del Alguero. El casco antiguo se encuentra en un minúsculo cabo frente al mar y en su interior las callejuelas con sus casas y monumentos en buen estado de conservación ofrecen un paseo formidable.
Desde el torreón de Maddalena se puede realizar una caminata por el litoral recorriendo todos los distintos torreones y el bastión que protegen el centro histórico del mar.
En el interior, las pequeñas calles nos dejan en lindas plazas como la pláia cívica; una plaza medieval restaurada con un bello empedrado y el palacio Albis enfrente
La catedral de Santa María se construyó durante el siglo XVI y sigue los estilos arquitéctonicos de Barcelona de la época y a uno le parece estar viendo la portalada de la iglesia de Santa María en el Borne.
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El Alguero es caro. Mucho más caro que cualquier otra ciudad de Sardeña. Los precios se disparan a niveles de la Italia del norte. Pizzas a 15 euros, cafés a 3 euros en terraza. No en vano, Alguero es el reclamo turístico de Cerdeña por antonomasia.
El «salar»,es propio de L’Empordà ( Sant Feliu de Guíxols, Tossa, Cadaqués, etc.) exportado a Mallorca por nuestros ancestros.
Recomiendo el cantante Claudi Sanna! Canta en alguerés! Y muy bien! Tiene una canción dedicada a Ryanair! Pero le falta un buen web/clip en internet… Saludos!
marc
Y no te imaginàs, Quique (permitime usar mi VOS argentino), cuàntas cosas relacionadas con diferentes lenguas se pueden encontrar en el lunfardo! Per te lo imaginàs seguramente!
Saludos
Flavia
que bueno Flavia! pues si, como filólogo también me apasiona el mundo de las lenguas especialmente cuando tienen tantas raíces comunes que dan lugar a hipótesis caseras divertidas
saludos
Quique,
tu descripciòn de Algueri es muy bonita, sus tesoros, sus construcciones. Pero, lo que màs me ha cautivado es el lugar que das a tu percepciòn filològica de la realidad de los lugares.
Cuando estuve en Cataluña me apasionò escuchar el catalàn y lograr entender en sentido global la lengua catalana gracias a la uniòn de los ecos de lenguas conocidas como el español, el italiano, el francés y el dialecto piamontés. Este ùltimo, a nivel de comprensiòn, me fue transmitido por mi padre y mis abuelos y hoy se enriquece porque vivo en esta tierra piamontesa.
Gracias.
Flavia
pues ya sabes! a cerdenya! seguro que le encanta y de paso hace sus estudios filologicos por ahi! Entre el sardo que tiene palabras espanolas como ventana o mesa y el catalan es un pupurri muy curioso!
Seguro que fue una pasada el poder hablar catalán con los oriundos.
Mi mujer es filóloga catalana y todos estos lugares le hacen mucha gracia ;)