Buenos Aires: la ciudad del delivery

Tango en la Boca

Estas últimas Navidades las pasé en una de mis ciudades preferidas de mi mundo conocido: Buenos Aires. Alquilé un departamento con un amigo en la zona de Palermo -una de las mejores de la ciudad en cuando a vidilla nocturna, restaurantes y ocio- y nos dedicamos a vivir como porteños durante más de dos semanas.

Yo ya había conocido la parte turística de la ciudad en mi anterior visita en el 2004, así que, aunque la recorrí de nuevo en largos paseos, mi objetivo era simplemente meterme en la atmósfera en que se movían los habitantes de la ciudad que no dejará de fascinarme por más veces que la visite.

Una de las cosas principales que debes hacer para sentirte 100% porteño es utilizar el servicio de delivery de comida más de una vez a la semana.

En Buenos Aires el delivery es casi una religión.

Empanadas -¡Ahhhhhhh!, ¡lo que daría por tener un delivery de empanadas de las buenas en Dublín!-, pizzas, pastas, bocatas, asados, comida china, india, marroquí…¡Lo que sea!. Aquí todo se pide desde casa, sobre todo ésos días entre semana en los que la gente llega cansada de trabajar sin ganas de cocinar o salir a por la cena.

Conseguir los teléfonos de vuestros restaurantes, panaderías o reposterías preferidas del barrio no os costará mucho trabajo. Además del método usual -las Páginas Amarillas de la «amiga» Telefónica, que campa a sus anchas por casi todo el continente- todos los negocios suelen mostrar en sus frontales exteriores sus números de contacto. Así que más de un día me encontré de camino a casa apuntando en el móvil los teléfonos de algunos lugares de donde pensaba sacar la cenita.

El tema funciona bastante bien ya que lo utilizan millones de personas de la capital y, por supuesto, es gratuito.

Así que si vais a quedaros una temporada por Buenos Aires, recostaros, poneros la peliculita y… ¡A que os traigan la cena!.

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