Los BIOPARC, auténticos parques de vida

La famosa etóloga británica, Jane Goodall, conocida en todo el mundo por su estudio de seis décadas sobre las interacciones familiares y sociales de los chimpancés salvajes en el parque nacional Gombe Stream de Tanzania, nos deja una idea sobre la que conviene meditar: «Sólo si llegamos a comprender, nos llegará a importar. Sólo si nos llega a importar, nos pondremos a ayudar. Sólo si ayudamos, conseguiremos que todo sea salvado«.

La doctora Goodall hace referencia a la solución a ese gran problema global al que nos enfrentamos hoy en día: el deterioro del medioambiente y una pérdida de la biodiversidad sin precedentes. La connotación negativa de estas frases salta a la vista, pero en lugares como los BIOPARC, tal y como hace la gran Jane, se centran en el aspecto positivo y esperanzador: educando, tomando conciencia y ayudando, aún estamos a tiempo de revertir la situación.

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Y no es una quimera o un bravo, y vacío, brindis lanzado al sol, sino que, tras visitar el BIOPARC Valencia en varias ocasiones, puedo dar fe de que la frase de Goodall con la que abro este artículo es prácticamente la razón de ser, un mantra de fe, de estos auténticos parques de vida.

Índice de contenidos

BIOPARC, parques de vida
Compromiso con la sostenibilidad
Ocio con causa
Programas de preservación de especies y conservación de hábitats
Una gran experiencia para todos…Con un claro mensaje

BIOPARC, parques de vida

Bioparc Valencia sabana — Fotografía @ David Escribano

Existen tres BIOPARC en España, todos ellos ubicados en ciudades de gran calado turístico: Gijón (dedicado a mares y océanos), Valencia (especializado en África) y Fuengirola (dedicado a las selvas tropicales). Norte, este y sur, ¡por lo que no tendrás excusa para no acercarte a uno de ellos durante tus vacaciones! Se ha desarrollado un mismo concepto de zoo-inmersión con la intención de sumergirte en una cuidada y fiel recreación de algunos de los hábitats más bellos y amenazados de nuestro planeta.

Así, puedes acercarte a los animales, las plantas y el paisaje en general como nunca antes ha sido posible. Será como internarte en la bulliciosa vida de la gran sabana africana; sumergirte en las profundas aguas de los mares y océanos; o explorar las salvajes y frondosas selvas tropicales de Asia y África.

Las cuidadas recreaciones hacen que los animales se sientan más cercanos a su hábitat natural, pero tienen otra misión realmente importante: llegar a emocionarte. Y doy fe de que lo consiguen.

En el BIOPARC Valencia pude pasear entre árboles por cuyas ramas saltan los lémures; admirar cascadas junto a las que juegan o duermen la siesta los chimpancés; o quedarme embobado observando la biodiversidad de una sabana en la que jirafas, gacelas, rinocerontes o garzas hacían su vida ajenos a todo.

Pero no hay cosa que más me emocionara que contemplar la imponente belleza y la profunda sensación de inteligencia de los gorilas. Cara a cara.

La proximidad, la total inmersión en ese parque de vida, no hace más que crearte la sensación de que te encuentras en otro lugar del mundo. Un lugar bello, exuberante, salvaje, generoso y lleno de vida. Pero también un lugar amenazado. Un lugar que grita pidiéndote ayuda. Un lugar para el que, si todos aportamos nuestro granito de arena procedente de esa emoción, esa comprensión y esas ganas de ayudar, aún no es demasiado tarde.

Compromiso con la sostenibilidad

bioparc valencia chimpancés — Fotografía @ David Escribano

Como parque de vida, los BIOPARC están completamente comprometidos con la sostenibilidad. Fueron pioneros en la eliminación del plástico de un solo uso en los enseres y utensilios de sus restaurantes, pero sus acciones sostenibles van mucho más allá.

En los hábitats que recrean en sus parques, hay plantas y árboles que sirven de alimento a los muchos herbívoros que allí viven. Esa flora es cuidada siempre con productos totalmente orgánicos y ecológicos. Igualmente, también el agua del recinto es pura.

Ocio con causa

bioparc valencia — Fotografía @ David Escribano

En esos mismos restaurantes en los que se ha eliminado el plástico de un solo uso, familias, parejas y grupos de amigos descansan de su viaje por las selvas, sabanas y océanos de nuestro querido planeta.

Esas áreas de restauración, cuyo aspecto está totalmente integrado en el entorno natural de los parques, es el complemento perfecto a una oferta de ocio que incluye distintas actividades de concienciación, como poder observar cómo se alimentan algunas especies, enmarcado dentro de las acciones de enriquecimiento ambiental; la proyección de documentales o alguna demostración en directo del comportamiento natural de las distintas especies.

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Sí, visitar los BIOPARC es un gran plan para pasar un día diferente y especial, pero siempre integrando ese concepto de «ocio con causa», ya que, a través de la contemplación de esos magníficos seres vivos en sus bellos entornos, muy probablemente se remuevan nuestra conciencia y nuestras emociones, haciendo que cambie nuestra mirada hacia la conservación de la biodiversidad de nuestro planeta.

A mí me ocurrió así. Ver a la pequeña elefanta africana Makena – nacida hace tan sólo unos meses en el BIOPARC Valencia – correr y jugar junto a las otras hembras de la manada o escuchar, de repente, los imponentes rugidos del león y las leonas de la sabana, emociona de una manera que es complicado describir con palabras. Crea en ti una necesidad imperiosa de evitar que esas maravillas de la naturaleza desaparezcan para siempre. Y, además, por nuestra culpa.

Cuando salgas por la puerta de los BIOPARC, te lo habrás pasado muy bien y habrás disfrutado de una experiencia diferente, pero, sobre todo, habrás entendido el mensaje que quieren lanzar. Y quizá – esperemos – te hayas unido a la bonita causa que es la razón de su existencia.

Programas de preservación de especies y conservación de hábitats

gorilas Bioparc Valencia — Fotografía @ David Escribano

Porque la gente que trabaja en los BIOPARC son los primeros concienciados en la necesidad de luchar – ahora mismo y sin perder un minuto – por la preservación de los hábitats naturales de nuestro planeta, que será lo que salve a las distintas especies de animales y plantas amenazadas.

No están trabajando allí porque es muy reconfortante y especial estar todo el día con esos espectaculares animales – de hecho, apenas hay contacto directo con ellos, salvo por razones veterinarias -, sino porque quieren salvarlos y protegerlos.

Es un trabajo duro, con muchas horas dedicadas a la limpieza de recintos, estudios de comportamientos, cuidado del entorno, etc. Pero un trabajo para el que sienten que han nacido.

Ese espíritu de ayuda a la conservación del medioambiente y de las especies que habitan en el planeta se extiende desde la parte más alta a la base de la jerarquía de todos los trabajadores de los BIOPARC. Los parques trabajan la conservación ex – situ, participando activamente en cerca de un centenar de programas europeos de preservación de especies en peligro de extinción y, a través de la Fundación BIOPARC, colaboran en importantes proyectos de conservación in-situ (directamente en los hábitats naturales amenazados) para promover la recuperación de especies y sus lugares de origen.

Las aportaciones de los , el ”+1€” de los pases anuales, y la recaudación extra que se consigue a través de diferentes promociones y acciones solidarias especiales, se dedican a esos proyectos de conservación.

Gracias a estos esfuerzos han nacido el primer gorila andaluz en el BIOPARC de Fuengirola o la preciosa elefanta Makena en el de Valencia. Además, también pude admirar de cerca cómo se cuidan, e intentan salvar, especies tan cerca de la extinción como la gacela Mhorr o el bello bongo oriental, del que tan sólo quedan cerca de un centenar de individuos debido a la caza y a la destrucción de su hábitat.

El trabajo es tan bueno y necesario, que la mismísima Jane Goodall otorgó la «máxima calificación» al BIOPARC Valencia cuando lo visitó en el 2012. Allí, ante un auditorio entregado, impartió la conferencia «Razones para la esperanza».

Una gran experiencia para todos…Con un claro mensaje

Hay que dejar atrás la idea de que los BIOPARC son parques para que los niños vean animales y se entretengan.

Sí, los más pequeños son la base de nuestra sociedad y es muy bueno comenzar a educarles en la conservación del medioambiente, pero estos parques naturales suponen una gran experiencia educativa y sensorial para personas de todas las edades.

Durante mi visita al BIOPARC Valencia vi un buen número de grupos de escolares más mayores, parejas, familias y grupos de amigos. Todos disfrutaban y todos se implicaban.

Le dediqué un día completo al BIOPARC Valencia. No nos engañemos, a pesar de su tamaño considerable, el recinto no es tan grande como para pasar un día completo… ¿O sí? Eso depende de cuál sea el motivo de tu visita y el grado de conexión que tengas con ese parque de vida.

Visitar un BIOPARC no es entrar a un zoo o a un circo con animales. No estás ahí para esperar a que el león, el cocodrilo o la jirafa hagan algo digno de tu admiración. Algo a lo que hacer una foto o un vídeo y pasar, con más o menos prisas, al siguiente recinto. No. Estás allí para ver el día a día en la naturaleza de esos animales. Para conectar con ellos y sumergirte en su ambiente. Sin barreras visuales y envuelto en un entorno natural en el que, usando tu imaginación, podrás abstraerte y pensar que has viajado mentalmente a otro lugar del planeta.

Así será como conectes con los gorilas del BIOPARC Valencia; con los hermosos tigres de Sumatra y los fascinantes gibones de mejillas doradas del BIOPARC Fuengirola; y esos majestuosos tiburones que surcan las aguas del BIOPARC Acuario de Gijón.

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Será entonces cuando comprendas. Será entonces cuando te importe. Será entonces cuando quieras ayudar… Y el planeta, y su increíble y fascinante biodiversidad, tendrá esa opción de salvarse que le daremos entre todos.