Georgetown es el centro neurálgico de la isla de Penang, al noroeste de Malasia.
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Para nosotros fue la primera toma de contacto con un país que nos sorprendió muy positivamente en su conjunto.
Llegamos a la ciudad tras un largo día de viaje en el que partimos de la isla tailandesa de Koh Mook a las 7 de la mañana, tomamos un ferry a tierra, una furgoneta que nos llevó en hora y media a Trang. Allí tomamos un bus público que nos llevó a Hat Yai en algo más de 4 horas (cuando se suponía que tardaba 2). En Hat Yai compramos un billete de minivan directa a Georgetown que nos costó 340 B. El viaje fue muy cómodo, pasamos la frontera rápidamente y el conductor nos dejó en la Chinatown de Georgetown donde se encuentran casi todos los hostales: Chulia y Love Lane.
Estas dos calles tienen sus ventajas e incovenientes.
En el lado de las ventajas tenemos el hecho de que están bien situadas. Tenéis todo tipo de servicios a mano: agencias de viaje, internet, autobuses urbanos, oficinas de cambio de moneda, restaurantes, puestos callejeros de comida y algún que otro pub.
Sin embargo es de las zonas más ruidosas en cuanto a tráfico y es un auténtico reducto de mochileros, conllevando follón por las noches, peña llegando ciega a las habitaciones y clima absolutamente occidental. Aunque si quieres conocer otros viajeros no se me ocurre mejor lugar donde hospedarte.
Los precios en la zona iban desde los 13 o 15 RM en los hostales más básicos hasta los 28 RM por una cama que me pidieron en uno de los que estaban en Love Lane. Ofrecían desayuno y wi-fi pero el precio era excesivo.
Nosotros probamos suerte en un par pero estaban llenos así que decidimos salirnos de las calles más concurridas y fuimos peinando las perpendiculares a Love Lane hasta encontrar una especie de hotel con habitaciones pequeñas y sin ventana pero limpias y con ventilador. Nos costó 40 RM -con regateo incluido- por noche (20 por persona) y tenéis wi-fi gratuita las 24 horas. Aunque no recuerdo el nombre del lugar -debería tomar notas más a menudo- está situado justo en la esquina opuesta al famosa restaurante Kapitan.
La ciudad tiene renombre en Malasia por su cocina.
Georgetown ofrece casi todo tipo de cocina pero los amantes de la comida china e india se sentirán especialmente afortunados.
Hay dos restaurantes indios que rivalizan las 24 horas del día que permanecen abiertos, uno frente al otro como salidos de un duelo entre Clinet Eastwood y el malo de turno. El Kapitan se lleva la palma y ofrece unos naan con pollo Tandoori y salsas variadas -por tan sólo 7 u 8 RM- que están para chuparse los dedos. Tienen una variada carta con biryanis y demás que harán las delicias de los que gusten de este tipo de cocina.
Hay algunas pizzerias al horno de leña en Chulia pero no probamos ninguna.
Donde sí comimos -y recomendamos a los forofos de la cocina china- es en los puestos callejeros de Chulia. En una de las callecitas perpendiculares podéis comer sopas de noodles, pato, cerdo y muchas cosas más por unos 10 RM.
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En general, el alojamiento sí que nos pareció un poco más caro que en Tailandia comparando calidad y precio pero la comida más o menos al mismo nivel.