Dónde comer en Alicante

Mi ciudad natal, Alicante, es conocida como la millor terreta del món. Pues sí, así de modestos somos los alicantinos (además de borrachos y finos) y proclamamos a los cuatro vientos y a todo aquél que nos quiera escuchar, que nuestra tierra es la mejor del mundo.  Bueno, sobre gustos no hay nada escrito.

Pero basándonos en números objetivos, tampoco debemos andar tan lejos de la realidad. Alicante es una de las zonas de España que, prácticamente, vive del sector turístico. El turismo crea una cantidad ingente de puestos de trabajo en hoteles, restauración, empresas turísticas y muchas otras cosas más, significando unos ingresos de varias decenas de millones de euros anuales.

El secreto para que cada año millones de turistas de todo el mundo (pero, sobre todo, del norte de Europa) vengan a dejarse sus ahorros en nuestra provincia es fácil: tenemos un clima agradable durante todo el año, disponemos de centenares de playas de la mejor calidad y les podemos ofrecer una gastronomía envidiable.

Y es que en Alicante se come de lujo y, lo que es mejor, independientemente del presupuesto que manejéis. Los mejores arroces de España y pescados y mariscos recién salidos del Mediterráneo son nuestro mejor activo, pero hay mucho más.

A continuación os dejo algunas propuestas para que complementéis con la buena cocina alicantina una estancia inolvidable en mi tierra:

Presupuesto alto

Nou Manolín (Calle Villegas, 3, Alicante)

Siatuado en el centro de Alicante, es, para mí, el mejor restaurante de la ciudad. Posee un local muy amplio, con dos pisos y varios salones que puedes reservar para celebraciones privadas. Si prefieres no comer en mesa, siempre puedes tomarte algo rápido en su famosa barra.

Prueba sus magníficas gambas rojas traidas de Denia, los sepionets del Mediterráneo o cualquiera de sus pescados del día. Los arroces y la fideuá forman también parte de su top ten en la carta, al igual que sus postres.

Personalidades culinarias de la talla de Adrià, Arzak y Joel Robuchon han pasado por el Nou Manolín, indicando este último en una entrevista concedida a El País, que la barra de este restaurante era su preferida en el mundo entero. Ahí queda eso.

El presupuesto para una comida normal, sin exagerar en el vino, puede rondar los 35-50 euros por persona. El restaurante Piripi, en Óscar Esplà 30, es de los mismos dueños y tiene una calidad similar.

El Monastrell (Rafael Altamira, 7, Alicante)

Situado en los bajos del único hotel 5 estrellas de la capital (el Hospes Amerigo), en pleno casco histórico alicantino, se encuentra este restaurante que ha sido galardonado con una estrella Michelín. Su chef, María José San Román juega con los productos de la tierra y da especial prioridad a los arroces. El local tiene un estilo vanguardista y minimalista y los precios por persona suelen rondar los 40-70 euros, con bebidas incluidas.

La Finca (Partida de Perleta, 1-7, Elche)

Un lugar perfecto para celebraciones al encontrarse en una centenaria casa de labor rodeada de jardines. Es el otro restaurante de la provincia que posee una estrella Michelín.

Desde 1984, José María García y la chef Susi Díaz llevan ofreciendo platos exquisitos orientados a potenciar los sabores limpios y la pureza del producto. Tiene una variada y excelsa carta de vinos y los precios se mueven entre 55 y 85 euros por persona.

Presupuesto medio

Al lío 13, Bistro Bar (Avenida de la Estación, 13, Alicante)

Uno de esos lugares en los que te sentirás como en casa. Abierto hace un par de años por tres grandes personas (dos de ellos hermanos) con poca idea de restauración, han contratado a un equipo muy profesional y han aportado su personalidad y carisma a un local que hace años se caía.

Al lío ha renovado totalmente su interior, dejando al aire un antiguo muro de piedra de principios del siglo XX que combina a la perfección con el modernismo del resto del local y los toques personales de sus dueños.

La carta ofrece una serie de exquisitos montaditos elaborados, buenas carnes y pescados del día comprados en el mercado central alicantino, y otras tapas de gran calidad, todo ello regado con muy buenos vinos, sobre todo de procedencia nacional.

Puedes aprovechar los 300 días de sol de los que disfrutamos en la ciudad y comer o cenar en su céntrica terraza. Un precio habitual puede rondar los 15-30 euros por persona. Me parece una minucia a cambio de comer exquisitamente y compartir un buen rato con Luis y Jesús Capdevila, y Sergio Ródenas, los tres entrañables artífices de Al Lío.

Restaurante El Negre (Santa Bárbara, 4, Altea)

Uno de los lugares más románticos de la provincia para tomarte un buen chuletón, entrecot, pulpo, rodaballo o lubina. Tiene una terraza con maravillosas vistas y está ubicado en una de las estrechas calles del bello casco histórico de Altea.

Para los amantes del vino, dispone de una wine-shop de bastante calidad.

El Portal, Taberna& Wines (Bilbao, 2, Alicante)

El interior de este restaurante te cautiva desde el momento en que pones el pie en él. Suelos de madera rústica, lámparas industriales y un ambiente cálido, con una mezcla perfecta entre lo clásico y lo contemporáneo.

Combina una cocina moderna y creativa con productos típicos adquiridos en el cercano mercado central alicantino. Tienen buenos vinos y champagnes y sirven copas. Justo en la calle donde se concentra, hoy en día, la marcha del fin de semana en Alicante.

Especialmente recomendable el tártar de atún y el postre de pan, aceite y gotas de chocolate.

Presupuesto bajo

Nou Cisne (Bazán, 47, Alicante)

El lugar perfecto en Alicante para comer o cenar de menú y quedar plenamente satisfecho. Te gastarás entre 11 y 14 euros (bebida incluida) y habrás tomado varios sabrosos entrantes, ensalada, y unos buenos montaditos de la casa.

Entre semana no es complicado encontrar mesa, pero es aconsejable reservar en fin de semana porque la oferta es para todos los días.

Zensatez (Carretera de Moraira, 64, Calpe)

El chef de la zona, Iván Grau, decidió crear un ambiente moderno con precios anti-crisis.

Su secreto es la ubicación entre dos bonitas localidades alicantinas y la elaboración de tapas originales basadas en productos autóctonos y frescos de cada temporada.