
El Sena al atardecer
Otro año más se acerca el famoso 14 de febrero y los grandes almacenes, floristerías, chocolaterías, joyerías y agencias de viajes se frotan las manos ante la perspectiva de miles de personas que vendrán a gastarse el dinero con tal de sorprender a su pareja. Es paradójico que alguien quiera sorprender a su persona amada un día en el que tanta gente hace lo mismo. Vamos, que sorprender, lo que se dice sorprender… Imagino que no mucho.
Pero ahí está el amigo San Valentín, ajeno a la polémica comercial y lanzando sus flechas como un poseso una vez al año. Ni el gran Sioux Toro Sentado a lo largo de toda su azarosa vida disparó tantas.
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Uno de los regalos típicos de estas fechas -si la maltrecha economía lo permite – es un viaje a una de las ciudades de la etiquetadas como «románticas» por la opinión común.
Aquí te dejo algunas ideas sobre ciudades típicas y no tan típicas donde encontrar un rincón mágico con tu pareja (aunque, créeme, eso puede ocurrir casi en cualquier lugar).
Índice de contenidos
París

La iglesia de Notre-Dame
La Ciudad de la Luz. Por su cercanía y su belleza, la capital francesa es uno de los destinos preferidos de las parejas españolas.
Y es que París tiene mucho que ofrecer a los enamorados.
Es señorial, con un río navegable jalonado por varios puentes de gran belleza, catedrales, barrios bohemios o latinos, parques, teatros, museos, monumentos y la gran Torre Eiffel. Todo ello aderezado con restaurantes de corte íntimo, panaderías donde el olor a bollería recién hecha te atrae cual flautista de Hamelin y paseos en barco mientras cenas a la luz de las velas.
Los franceses han sido unas estrellas del marketing y sólo han tenido que aprovechar el magnífico escenario que es París para convertirla en una de las capitales mundiales del amor. Y eso que los parisinos tienen una importante fama de mustios y antipáticos. Doblemente cracks para conseguir algo así.
Notre Dame, Montmartre, Torre Eiffel, Arco del Triunfo, el río Sena… Todos estos lugares han sido testigos de pedidas de mano, besos robados e incluso películas como Midnight in Paris o Before Sunset.
Cartagena de Indias

Cartagena de Indias desde el Caribe
Saltamos de continente para ir a una de las ciudades coloniales más bellas de toda América Latina.
El casco antiguo, emplazado tras las murallas de Cartagena, es una joya arquitectónica que merece la pena disfrutar de manera pausada. Si te tomas la molestia de pagar un viaje así a tu enamorada/o, te aconsejo que te quedes unos días en la ciudad (y por qué no, unas semanas en Colombia).
Pasear por las calles, ténuamente iluminadas, de Cartagena de Indias en la noche te transporta a los tiempos coloniales. Balconadas de madera, casas blancas decoradas con cerámicas, flores y macetas, calles adoquinadas y mucho ambiente a orillas del mar Caribe, testigo de tanta historia y batallas por el dinero, la tierra, el poder y, por qué no, el amor en esos duelos de espadachines al amanecer.
Venecia
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La mítica ciudad de los canales ha cogido aún mayor fuerza en su role de lugar favorito de Cupido. La culpa la tuvo – el año pasado – George Clooney, casándose allí y recorriendo los canales en una lancha llamada «Amore».
Es una ciudad también muy cercana para los enamorados españoles pero si coincide San Valentín con los Carnavales, los precios pueden hacer que prefiramos darle una vuelta a nuestra novia a los remos de una barca del Retiro.
La Plaza de San Marcos y la maraña de estrechas callejuelas que parten de ella son lugares ideales para los enamorados furtivos al caer la noche.
He estado en Venecia en dos ocasiones y las dos he tenido la misma sensación: la ciudad muere al ocultarse el Sol. Las calles, que hierven de turistas durante el día, caen un silencio casi sepulcral y el eco de los zapatos te sorprende en los lugares más escondidos. Más que romanticismo, a mí me inspiró cierta melancolía y decidí que no la visitaría por un tiempo.
Pero bueno, que si todo el mundo la considera tan romántica debo aceptar que el raro soy yo y por ello os aconsejo ir.
Praga

Plaza de la Ciudad Vieja de Praga
La capital de la República Checa es otro lugar donde pasear de la mano es considerado un deporte nacional. También levantar jarras de cerveza de considerable tamaño, pero no es éso lo que nos incumbe hoy.
El famoso puente de Carlos, la isla fluvial de Kampa, la plaza de la Ciudad Vieja, el castillo, los muchos bares con música en directo… Praga ofrece muchas opciones para aquellos que buscan un rincón poco iluminado donde hacerse arrumacos sin fin.
Pero el lugar preferido por todos es la colina de Petrín, apodada con el nombre de «colina de los enamorados». Esto se debe a dos razones: el gran número de parejas que pasean por aquí cada día y la existencia, en una ladera, de la estatua de bronce del poeta checo, Karel Hynek Mácha, uno de los más destacados representantes nacionales del romanticismo del siglo XIX.
Bagan

Bagan
Y para acabar propongo otro destino poco conocido: Myanmar. Este país está habitado por gente maravillosa que siempre tiene una sonrisa en el rostro a pesar de las duras condiciones políticas que sufren.
La ciudad de Bagan es una de las más mágicas que he visitado en mi vida. En ella, salpicados entre zonas de vegetación y praderas, se encuentran más de mil templos y pagodas de distinto tamaño y riqueza ornamental. Desde las pequeñas pagodas hechas de ladrillo a los macro-templos con cúpulas de oro y figuras macizas del precioso metal.
Durante el día puedes alquilar una bici y visitar los que más te gusten y por la noche algunos permanecen abiertos como lugar de recogimiento.
No está turísticamente masificado y existen románticos restaurantes donde poder cenar a la luz de las velas en la quietud de la noche de una ciudad asiática con muchísima historia.
Pues ya te queda poco tiempo para decidirte. Y si no, no hace falta irte tan lejos si la persona que tienes a tu lado te quiere bien.
TFW
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